El mercado internacional de fichajes conoció el 19 de enero pasado que el jugador de fútbol Emiliano Sala fichaba por el Cardiff, de la Liga Premier de Inglaterra, en lo que se constituía la mayor inversión que hacía el club de Gales al contratarlo en suma de 17 millones de euros. Así, el sueño del joven argentino se había convertido en realidad; viajó a Gales para estampar su firma y sellar su traspaso.

La felicidad de Emiliano Sala era inmensa viendo que en tan poco tiempo se había perfeccionado el contrato de su vida, el que le permitía dar tranquilidad económica a él y a toda su familia. Por ello, agradecido con sus compañeros de su exequipo francés Nantes, y para saludar a sus amistades –ya que tenía que presentarse en Cardiff para así comenzar las prácticas con sus nuevos compañeros–, Sala decidió hacer un viaje relámpago a Nantes, para pasar el lunes 21 de enero, con el fin de regresar en la noche para radicarse en la ciudad galesa.

La reunión con sus amigos y jugadores del Nantes consta en una fotografía en la que todos compartían la felicidad en esos momentos íntimos de confraternidad que el fútbol permite acumular. Emiliano Sala, luego de despedirse entre lágrimas y abrazos, subió la gráfica con la plantilla y la tituló “la última foto”. Urgido como estaba por los tiempos que le consumía la despedida, alcanzó a confirmar que era un hecho el regreso a la hora que sea, en una avioneta monomotor Piper Malibu PA46. Tanto el piloto como su pasajero eran quienes viajarían por la ruta que unía los 488 km en aproximadamente 90 minutos.

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El joven jugador argentino, en el transcurso del viaje, envió un mensaje de audio a sus amigos en Nantes, describiendo el pánico que tenía en el transcurso de su vuelo. En ese audio desgarrador llegó a decir: “Estoy muerto, parece que este avión se cae a pedazos, si en una hora y media no tienen novedades mías, no sé si deban a enviarme a alguien a buscarme, porque no me van a encontrar. Papá, qué miedo tengo”.

Luego de una hora de vuelo, siendo las 20:30 del lunes, faltando 30 minutos de vuelo, las señales de la avioneta se perdieron cerca del faro de Casquet, ubicado en el último punto de contacto de Francia, justo para iniciar el vuelo sobre el canal de la Mancha para cruzar rumbo a tierras británicas.

Se conoce que el tiempo en esa ruta estaba complicado, con tormentas anunciadas que presagiaban un vuelo muy agitado. A estas alturas, y conocido el trágico desenlace, muchos nos preguntan: ¿Cómo el capitán de la nave, ante ese escenario advertido, no declinó en su vuelo? ¿Fue acaso por impudencia, por inexperiencia o por exceso de confianza?

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La lamentable noticia de la desaparición de la aeronave se comenzó a conocer en todo el mundo. Las lamentaciones y las lágrimas presagiaban que lo más grave se podía oficialmente conocer en cualquier momento.

Las autoridades aeronáuticas, británicas y francesas, en vista de las malas condiciones suspendieron la búsqueda. No era posible navegar, los buzos no podían operar en olas de cinco metros que impedían el rastreo programado.

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Las horas y los días hacían presentir que había sucedido lo peor. Voces que conocen la zona explicaban que si la pequeña aeronave hubiese tenido la posibilidad de acuatizar con las temperaturas gélidas de esas aguas, las opciones de sobrevivencia eran nulas.

Hasta que se confirmó la información de la aparición de la nave a unos 60 metros de profundidad y con la noticia que las cámaras remotas daban cuenta de que un cuerpo estaba dentro de la avioneta siniestrada.

Conocido aquello, Jorge Polanco, comandante y consultor, arremetió duramente e inculpó al propietario del Cardiff City como responsable de la tragedia por permitir que se vuele sobre el canal de la Mancha en una nave tan frágil como la que abordó Emiliano Sala.

El capitán ecuatoriano Rafael Viteri Moreno, piloto con muchas horas de vuelo, nos cuenta sobre el riesgo de volar en condiciones climáticas adversas en esta época y menciona, enfáticamente, que en Europa y Estados Unidos los pilotos tienen disponibles medios para saber con mucha certeza las condiciones meteorológicas. En condiciones de mal tiempo, y en una aeronave que no está muy bien equipada, la mejor maniobra es hacer un viraje de 180 grados y regresar, dice.

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Mientras todos lamentábamos los acontecimientos, un tema colateral manejaban los clubes de la transacción. Me refiero al francés Nantes y el Cardiff City galés; muchos anticipan una batalla legal sobre el tema porque existiendo un contrato por 17 millones de euros por los derechos deportivos, ¿qué desenlace podría tomar este insólito caso? El abogado especializado en estas ramas, Thierry Granturco, explica: “Para que un contrato se considere válido, la transferencia debe constar en el sistema informático de la FIFA”. El Cardiff, si quisiera judicializar el caso podría hacerlo, aunque hasta el momento han dicho que están dispuestos a honrar el convenio cuando se aclaren todas las circunstancias que rodean el caso trágico y penoso de Emiliano Sala. Esto, en buenos términos, significa que andan revisando la letra menuda de las pólizas de seguro, que deben existir obligatoriamente para el caso, que son aquellas que el club debe ofrecerle al jugador, como son cobertura social, médica, que es el seguro privado que la FIFA exige al club para hacer frente a las lesiones pero también las muertes. Pero en este caso hay otra garantía existente, pues se trata de un accidente aéreo y ahí debe también por ordenanzas de la aviación internacional la póliza de transportista, donde seguramente el club Cardiff está invocando con la finalidad de poder compensar económicamente las exigencias contractuales existentes.

Mientras todo esto sucede, el director y propietario del Cardiff, Ken Choo, se apuró e intentó deslindar responsabilidades y aseguró que fue el jugador quien reservó el avión privado para hacer el viaje y que no lo hizo el club que lo contrató. Las opiniones de conocedores del tema y jurisconsultos sobre temas deportivos expresan que no hay opción para que el Cardiff deje de cumplir su obligación con el Nantes por la suma total de la negociación. Y además, que garantice también que tanto los familiares del deportista, sean ascendientes o descendientes, tengan que recibir las indemnizaciones y derechos, producto del convenio de transferencia.

Consulté al abogado Andrés Holguín, reconocido jurisconsulto guayaquileño sobre temas deportivos, quien aseveró que estando sacramentado y registrado el fichaje por el TMS, Sala era ya jugador de la Premier; y sobre aquello que el presidente del Cardiff declara como “falta de tino” el requerimiento de pago por parte del equipo francés, Holguín manifiesta que la notificación de la cobranza es un requisito indispensable, lo que se denomina en el derecho europeo la intimación, y que todo es por una formalidad que los procedimientos exigen.

El jurista Andrés Holguín recuerda el caso de nuestro compatriota Christian Chucho Benítez, quien falleció en el 2013 en Catar, cuando acababa de ser transferido al equipo El Jaish SC, por la cantidad de 18 millones de dólares –el fichaje más caro de la liga de Catar–. Al final el conjunto mexicano cobró el valor de la transferencia por el tricolor.

Las dos tristes historias, tanto de Sala como de Benítez, convulsionaron al mundo del fútbol. Entre la felicidad de encontrar un mejor futuro hallaron la muerte. Se seguirá hablando del porqué se arriesgó tanto en el caso del argentino, o por qué no se lo atendió urgentemente en la emergencia en el hospital por su dolor estomacal al ecuatoriano. El destino termina siendo así, estaba marcado que los tiempos de Dios siempre se cumplen. Por ahora seguiremos atentos a todo el drama que ha implicado hallar el cuerpo del argentino, mientras que en algunas oficinas se exigirán los millonarios pagos.

Así también es la vida de los futbolistas. (O)

 

¿Cómo se permitió que se vuele sobre el canal de la Mancha en una nave tan frágil como la que abordó el argentino Emiliano Sala? Así también es la vida de los futbolistas".