Lo relató así Diario EL UNIVERSO del 21 de septiembre de 2011, día aciago para el deporte de Guayas: “En medio de banderas, carteles y barras con gente identificada con Alianza PAIS (AP), arribó la tarde del pasado lunes Pierina Correa, hermana del primer mandatario, al Polideportivo Huancavilca para participar como delegada de la Dirección Provincial de Salud en las elecciones de la Federación Deportiva del Guayas (Fedeguayas)”. Correa fue elegida presidenta de esta institución en medio de gritos en favor de Alianza PAIS y de su hermano, aunque ella aclaró que su presencia en la dirección del deporte provincial no tenía ningún origen político.

Fue el primer eslabón de una cadena de imposturas que dura hasta hoy, en medio de los restos del naufragio de un Titanic deportivo mientras que la gente que antes disfrutó de las facilidades para entrenar en los escenarios, que hizo de Guayas la primera potencia deportiva del país y que llenó de gloria la historia deportiva provincial, mira esta actualidad funeral con el terror de los pasajeros del ‘insumergible’ navío cuando dijeron que no alcanzaban los botes.

El Titanic se hundió luego de colisionar con un iceberg en medio del mar del Norte. El deporte provincial chocó con la maniática obsesión de acaparar y controlar todos los segmentos de la vida nacional por un régimen autoritario y dictatorial que gobernó durante diez años con las consecuencias que estamos viendo a diario, algunas de cuyas interioridades monstruosas conocemos a veces por denuncias del propio presidente de la República, Lenín Moreno. Otro segmento del iceberg que ha hundido a la Federación Deportiva del Guayas es la Ley del Deporte, dictada en 2010 por los áulicos de Alianza PAIS en la Asamblea Nacional para garantizar el control del deporte.

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¿Fue la candidatura de Pierina Correa y su elección el resultado de una maniobra política? Sostener lo contrario no tiene argumentos de base, pues la propia titular de Fedeguayas lo ha admitido. En una entrevista publicada en diario Expreso la exvoleibolista, ante la pregunta de si su hermano Rafael intervino en su elección, confesó: “Hablé con él. Le consulté y le expliqué cómo lo quería hacer. A mi hermano le dije: ‘Hay esta propuesta, me parece un campo interesante. Soy deportista, he pasado por las duras y las maduras y he visto cómo Guayas ha perdido la hegemonía en el deporte a nivel nacional”. Y el periodista repregunta “¿Qué le dijo el presidente?”. Y ella responde: “Él generalmente escucha y no se pronuncia inmediatamente. Delegó al ministro del Deporte (José Francisco Cevallos) y al gobernador (del Guayas, Roberto Cuero) para que trabajaran en eso”.

No sé si por iniciativa propia o por insinuaciones de personas cercanas a Pierina Correa inauguró una sombría etapa a la que ella y algunos empleados federativos llaman la ‘Nueva Era’. ¿Cuál es el sustento ideológico de este engendro?. Según sus múltiples declaraciones, los farragosos comunicados oficiales y las kilométricas aclaraciones que envía a los medios de comunicación en respuesta a las críticas, la Ley del Deporte habla de que la tarea de las Federaciones Provinciales es fomentar el deporte formativo. Correa y sus adláteres interpretan que su trabajo comprende a los menores de edad y que cuando ellos llegan a la mayoría, ya el trabajo de su preparación, entrenamiento, perfeccionamiento y progreso es de otros organismos, en este caso, de las asociaciones provinciales por Deporte.

Lo que parece ignorar la tropa ‘nuevaerista’ es que las asociaciones son también parte de la Federación Deportiva del Guayas y a ellas les corresponde designar los representantes federativos a los Juegos Nacionales de menores y de mayores. Si la ‘Nueva Era’ echa a la calle a los que llegan a la mayoría de edad ¿a quién va a recurrir la Fedeguayas cuando le toque participar en los Juegos Nacionales de Mayores o en los campeonatos nacionales absolutos de cada deporte?

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Con este modo de pensar –absolutamente diverso al que tuvieron los dirigentes de Guayas desde la época del fundador, don Manuel Seminario, en 1925– jamás hubieran existido glorias deportivas como Carlos Luis Grillo Gilbert, Lucho La Lancha Alcívar, Juvenal Sáenz, Víctor Caballito Zevallos, César Salazar, Alejandro Sangster, Héctor Guerrero de Lucca, Pancho Segura Cano, Cristóbal Savinovich, Elmo Cura Suárez, Héctor Ballesteros, Pablo Sandiford, Justo Cuto Morán, Alfonso Quiñónez, Jorge Chato Mejía, Andrés Gómez, Nicolás Lapentti, Jorge Delgado, Mariuxi Febres-Cordero y decenas de brillantes deportistas más. A Jorge y a Mariuxi les habrían negado la entrada a la piscina o les habrían cobrado por entrenar. A Pablo, Cuto y el Chato les habrían tirado en la cara las puertas del viejo Huancavilca.

Ahora es fácil explicar que los escenarios estén cerrados por negligencia o por destrucción; por qué un pequeño torneo de béisbol con el que dirigentes que no tienen ningún vínculo con Fedeguayas trataron de resucitar este deporte no se pudo hacer en el Yeyo Úraga; por qué ya no hay torneos provinciales de lucha, pesas, atletismo, ciclismo, básquet, boxeo y más deportes que fueron nuestra atracción en la ‘Vieja Era’, tan llena de bellas historias y de gloria.

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Las cachiporreras de la ‘Nueva Era’ sostienen que nunca hubo una época de mayor brillo en la historia de la Federación Deportiva del Guayas que la actual. Si un amigo me autoriza a usar un mensaje que le envió Pierna Correa, voy a reproducirlo en mi próxima columna. Es un modelo de mitomanía que torna más peligrosa aún la postura federativa. Si se lo creen de verdad, el futuro del deporte de Guayas es igual a un abismo insondable.

Si hiciéramos una encuesta entre los deportistas, exdeportistas, entrenadores, dirigentes y exdirigentes y periodistas independientes, el resultado sería una derrota vergonzosa y aplastante para la ‘Nueva Era’. Ejemplos, Omar Quintana, exdeportista y dirigente del club Diana Quintana, dijo a Expreso el 30 de septiembre de 2018: “El deporte de Guayas está en un momento muy crítico. Diría que en el peor de los momentos. Da pena ver todo lo que está aconteciendo. Se extinguieron deportes tradicionales como el béisbol, el básquet (..). Los resultados (de la administración de Pierina Correa) están a la vista. Aquí no hay mucho que decir. Guayas ha retrocedido cuando era prácticamente el rey de los deportes. Aquí no se puede ocultar nada. Está a la vista de todos”.

Este criterio es generalizado. Cuando a Roberto Frydson, entrenador de natación de muchos años y dirigente federativo hace algún tiempo, le preguntaron a quién quemaría en el último día del 2018, contestó con firmeza: “Quemaría a la Federación Deportiva del Guayas”.

Lo que nadie se explica es por qué la actual secretaria nacional de Deportes (antes ministra), que ha aplicado severamente la ley en otras federaciones provinciales llenas de calamidades, no lo ha hecho con la Federación Deportiva del Guayas. ¿Conservará algún poder la hermana del exdueño del país? Tampoco se explica nadie la inacción de los dirigentes de las asociaciones provinciales que en susurro hablan del desastre de cada uno de sus deportes.

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Lo único cierto es que la salida a la demolición del deporte de Guayas está en la intervención de la Federación Deportiva y la constitución de un Observatorio de la Política Deportiva en Guayas, o a nivel nacional, que luche por la derogatoria de la Ley del Deporte y la dictación de una nueva que despolitice el deporte y devuelva al voluntariado la dirección de una actividad tan noble y llena de historia. (O)