Denis Dau Karam fue director de Deportes del Vicente Rocafuerte en cinco ocasiones, en las décadas del 70 y 80. Fueron años en los que esa histórica institución educativa vivió quizás su última gran era de logros deportivos a nivel provincial y nacional. El creador de la conocida frase ‘Donde hay una VR, hay un campeón’ lamentó, en diálogo con este Diario, el deterioro de la tradición que acusa en la actualidad el recinto vicentino, de donde ya no surgen glorias deportivas, a causa de la ‘falta de visión’ y ‘desconocimiento’ de la importancia del deporte en los colegios por parte del Estado ecuatoriano.

¿Cómo se vivía el deporte en el Vicente Rocafuerte?

Es muy sencillo recordar aquello. Había una comunión, un enlace entre lo educativo y lo deportivo. Y no solo en el Vicente Rocafuerte, el deporte siempre fue un imán en todos los colegios de Guayaquil. Pero el alumno veía a diario en canales de televisión, en radioemisoras y en diarios que el Vicente Rocafuerte era campeón (en alguna competencia) y todos los estudiantes querían integrarse al colegio. El deporte gozaba de un interés elemental por parte del plantel y los profesores, además de los alumnos, por supuesto.

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¿Cómo eran los procesos allí en materia deportiva?

Desarrollábamos categorías inferiores, intermedias, superiores y séniors. Todos los alumnos ingresaban el primer día del curso lectivo y eran enviados a probarse en alguna disciplina deportiva de su elección. Se practicaban entre 15 y 18 deportes. Había remo, box, natación, judo, karate, taekwondo, baloncesto, voleibol, fútbol, tenis de mesa, ajedrez, gimnasia olímpica, atletismo y otros más que se me escapan.

Ahora no existen entrenadores con nombramiento.

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Y esa es una gran falencia que ha sepultado al deporte vicentino. El Vicente Rocafuerte, en alguno de mis periodos, llegó a tener más de 70 entrenadores a la vez en las diferentes disciplinas deportivas, todos con nombramiento y sueldo.

¿Qué sucedió en el camino para que ya no surjan estrellas del deporte?

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Antes había un valor económico (estatal) destinado al deporte (colegial). Si hay un pésimo sistema educativo es lógico que se echó a la deriva al deporte. Los planteles fiscales ya no tienen instructores deportivos especializados, por lo que la juventud prácticamente ya no hace deporte. Desde ahí se crea un déficit del deporte estudiantil. ¡Cómo se puede esperar que así salgan talentos para la ciudad y para la provincia! No hay visión de la importancia que tiene el deporte para la niñez y juventud. Es la verdad. Han sepultado la historia y la gloria vicentina. Es penoso. Hubo malos procesos, malos gobernantes y malos funcionarios.

¿Qué opina de que ya no haya duela en el coliseo, la piscina haya sido reducida y las jardineras ocupen los espacios donde solían estar los aros de baloncesto?

Lo de la piscina es ser criminal, es tener desconocimiento de la importancia de una piscina reglamentaria. Lo del coliseo sin duela es muy triste, al igual que lo que pasó con los aros. Cuando (Carlos) Bilardo visitó el Vicente, tras ser campeón con Argentina en México 1986 (Mundial de Fútbol), el hombre casi llora al decirnos que nuestra cancha de fútbol era de las mejores que había visto en Sudamérica (a nivel estudiantil). Quedó asombrado por toda la infraestructura deportiva que había.

¿Cree que el rector ha perdido su autonomía actualmente en favor de los distritos educativos?

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A Frank (Granja, actual rector) lo quiero mucho, es un buen elemento; pero está siendo manejado y no debería ser así. Debería estar en una posición estelar, pero ya los rectores no mandan. Mandan más los panaderos, los lustrabotas, los jardineros, los barrenderos. Tienen más autoridad que los rectores en este momento.

¿Qué soluciones plantea ante esta situación?

Primero, debería haber presupuesto deportivo del Estado para instituciones educativas. Segundo, implementación deportiva considerando la infraestructura propia o la disponible en el sector al que pertenezca el colegio. Además, se necesitan profesores especializados que estén inmersos con horarios y enrolados; que sean ellos quienes trabajen con los talentos. (D)