“El nuevo escenario es orgullo de Guayaquil y reserva permanente para la juventud”, dijo este Diario el 9 de julio de 1982 cuando el complejo de piscinas del Centro Cívico fue formalmente entregado como una de las instalaciones para el Mundial de Natación de aquel año.

Emocionado, Jaime Muñoz Campuzano, presidente del Comité Organizador del torneo, anticipó que “esa infraestructura será uno de los mayores beneficios que dejará de saldo el campeonato mundial”.

Los halagüeños vaticinios, 36 años después, quedaron como están los escenarios del Mundial en la actualidad: hechos polvo. No solo la Federación Deportiva del Guayas maltrató los complejos Garay-Vallarino y Cuatro Mosqueteros, también lo hizo la Secretaría del Deporte (antes Mindeportes) con las piscinas del Centro Cívico.

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Cerrada desde el 2014, un sucio letrero advierte: “No hay atención, piscina en mantenimiento y remodelación”. Es la única información que tienen quienes se acercan al inmueble. Este Diario lo visitó varias veces en distintos horarios, y confirmó que nadie trabaja en el rescate del escenario.

La oxidada puerta de ingreso está asegurada con una vieja cadena. Desde ahí se observa un piso cubierto de polvo y de hojas secas. Además, se observan las escaleras que conducen a las gradas: están cuarteadas y su pintura, que algún día fue blanca, está desgastada y mugrosa.

Los espacios donde estaban las taquillas son ahora huecos oscuros, sin puertas y con maleza. Lo peor es lo que se divisa desde las rejas: en alarmante estado de destrucción hay piscinas sin agua y con azulejos cubiertos de moho. Las circunda una selva con monte crecido tras cuatro años de olvido.

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Las gradas que el público abarrotó en 1982 parecen haber sufrido recientes efectos de una guerra. Lo que se “construyó con esfuerzo y fe”, según destacó este Diario el día de su apertura, es ahora una instalación totalmente inutilizada.

En representación del organismo estatal que tomó el control de las piscinas del Forestal en 2014, Israel Verdugo –coordinador de la Zona 5 de la Secretaría del Deporte– dijo que se siguen “procesos” para arreglos o remodelaciones. “Es correcto que no están en buen estado, se han hecho varias inspecciones y se ha recabado información para comenzar a hacer las gestiones”, explicó.

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Verdugo agregó: “Las piscinas tienen varios años sin uso. Esto es algo que heredamos (del gobierno anterior). Hay que seguir un proceso para buscar la solución”.

Roberto Frydson, quien administró el escenario por casi diez años, cuando lo manejaba Emelec, comentó: “Hay que ver en qué estado están las bombas y los azulejos, porque el sol los destruye. A las piscinas no se las puede tener sin agua”.

El ahora abandonado complejo, que tuvo un nivel de iluminación exigido por la Federación Internacional de Natación, en las noches pasa en penumbras y sin vigilancia. (D)