Uno de los grandes equipos guayaquileños de todas las épocas está de aniversario doble. Nos referimos al Club Sport Patria (¿existe todavía?). El nombre despertará muchas gratas evocaciones en quienes vieron en acción al gran equipo plomo y blanco en el campo de Puerto Duarte, el viejo estadio Guayaquil o el Capwell, que fueron reductos de victoriosas jornadas. Para la estadística el Patria cumple 110 años de fundado, aunque para algunos están restándole dos años porque fue el 1906 en que un grupo de jóvenes porteños lo fundó en el tabladillo del Club Metropolitano y le pusieron como nombre Guayaquil.

Jugaron por dos años imponiéndose a los cuadros juveniles de entonces, ellos que tenían algunos futbolistas que habían estudiado y aprendido a jugar fútbol en Europa. Pero cuando menos lo pensaron, otros muchachos que retornaban de las Islas Británicas y los aventajaban en talla y edad, les disputaron el nombre y les ganaron.

Por eso debieron cambiar el nombre y el 18 de septiembre de 1908 refundaron el club y le pusieron Patria. Alineaban ese año Alberto Arrarte Crosby en el arco; Augusto Dillon y Martín Reinberg en la defensa; Gustavo Ycaza, Eduardo Pérez y César Coronel en la media; adelante J.J. Medina, Alfredo Ycaza, Marcos Plaza, Agustín Febres-Cordero Tyler y Fausto Gómez Terán. Quedaban en la suplencia otros destacados players: Armando Pareja Coronel, Adolfo y Octavio Baquerizo, Manuel Eduardo Castillo, Rodrigo Ycaza y Juan Vallarino Febres-Cordero.

Publicidad

Ya en la década de los años 20 el Patria fue uno de los grandes del balompié porteño que disputaba el liderato a equipos como el Racing, Packard, Oriente, Norteamérica y otros. Tenía un plantel que lideraban Agustín Febres-Cordero Tyler y el alemán Eroch Bunger. Estaban con ellos Eduardo Maruri, Nelson Úraga, J.J. Medina, Rafael Dillon, Alfred Cartwright, Martín Reinberg, Carlos Puig, Enrique Guzmán Aspiazu y Félix Henríquez. La estrella de Patria empezó a declinar en 1929 cuando se fue a la serie B. Sus dirigentes se retiraron y Papá Agucho Febres-Cordero aceptó la propuesta de Bolívar Bernabé para cederle al Patria los jugadores del Bolívar S.C. de la barriada de Rocafuerte y Mendiburo.

Fue entonces cuando ganaron el torneo de la B y volvieron a la serie de honor. Los defensores de la divisa eran Carlos y Enrique Guzmán, Bernabé Larrea, Federico Salas, Jacinto Galán, Valentín Salazar, Ernesto Cabanilla, Santiago Ayala, Alberto Herrera, José Romero Arzube, Carlos Rivera y César Alvarado. Largos años estuvo Patria en la serie de honor federativa y a inicios de los años 40 llegó a contar con grandes jugadores: Carlos Roldán, Francisco Villagómez, Kiko Guzmán, Oyola, Hidalgo, Euclides Suárez, Hernández, Jorge Aragón Miranda, Vivar, Cevallos, Madinyá Eduardo Guzmán, Marimba Vítores y Agustín Febres-Cordero Ribadeneyra, y con ellos fue campeón en 1944.

Bajo el mando de Fernando Lebed Sigall el Patria alcanzó grandes victorias al aparecer en el profesionalismo en 1951. Ese año y en el siguiente los patricios fueron vicecampeones locales. Fue la época de grandes contrataciones extranjeras: Cayetano Frascione, Eduardo y Rodolfo Bores, Marcos Cousin, Rodolfo Salatino, Carlos Infantino, Ángel Ceccardi –que cumplió hace pocos días 92 rumbosos años en Mendoza, Argentina–, Dante País, Alberto Sansón y el recordado Hortensio Patrullero González. A los que se unieron valiosos jugadores jóvenes: Mario Saeteros, Pepe Parreño, Gereneldo Triviño, Héctor Sandoval, Víctor y Miguel Monroy, y Héctor Chato Rengifo.

Publicidad

En 1953 nacionalizó su equipo y llegaron Luis Patón Alvarado, Ezio Martínez, Fausto Montalván, Vicente Pulpito Delgado, Colón Merizalde, Adriano Martínez y Sixto Suárez, unidos a los antiguos: Lucho y José María Jiménez. Volvió al subtítulo en 1954 con Enrique Romo, Ayala, Jorge Izaguirre, Colón Merizalde, Pilo Hernández y Guido Fernández como nuevos fichajes.

El desaparecido Carlos Eiser comandaba al Patria en 1958, año del cincuentenario, cuando se propuso formar un equipo poderoso. Llegaron una docena de foráneos y quedaron finalmente Carlos Gambina y Oswaldo Sierra, que habían jugado en San Lorenzo de Almagro; Juan Carlos Menéndez, que venía de Platense: y Juan Szanrej, un húngaro-argentino que procedía de Sport Boys, de Lima.

Publicidad

Formaron con ellos el arquero Luis Alberto Sotomayor, los defensas Ezio Martínez y Jorge Carita Izaguirre, el volante Jaime Galarza, y los delanteros Mario Saeteros, Colón Merizalde y Enrique Raymondi, entre los titulares. También alternaron Tomás Angulo, José Merizalde, Carlos Paredes, Pilo Hernández, Nelson Aurea y Gereneldo Triviño. El mayor acierto de los dirigentes fue llevar al equipo a cuatro jugadores extraídos de la selección amateur de Guayaquil (cuando en la Federación Deportiva del Guayas se jugaba fútbol, antes que arribara la aplanadora de ‘La Nueva Era’ y demoliera todo): Enrique Raymondi Contreras, hijo del inolvidable Maestro Raymondi; Nelson Aurea, Miguel Bustamante y Hugo Alcívar.

Ese año –hace 60– Patria fue campeón invicto. Marcó 28 tantos y recibió 8. Raymondi fue el goleador del torneo de la Asoguayas con 15 dianas, formando con Gambina –gran preparador de jugadas– un tándem genial. El argentino que ponía balones precisos en callejón para que Raymondi se luciera con su velocidad y anotara con un toquecito, al estilo Romario mucho antes de que este naciera.

Una de las cosas que más se recuerda de ese inolvidable cuadro es su histórico choque con el Municipal de Lima, que trajo a los seleccionados peruanos Rigoberto Felandro, Eduardo Hernández, Guillermo Fleming, Claudio Lostanau, Tito Drago, Manuel Rivera y el famoso Juan Loco Seminario. Patria formó con Sotomayor; Luciano Macías, Menéndez e Izaguirre; Sierra y Galarza; José Vicente Loco Balseca, Alberto Spencer (Carlos Raffo), Gambina, Raymondi y Szanrej. Los peruanos alinearon a Felandro; Fleming (Castillo) González y Fernández; Luján (Lostanau) y Gutiérrez; Montalvo, Drago, Rivera, Carrasco (Otero) y Seminario.

Con el Capwell lleno, las acciones fueron parejas en el primer tiempo, notándose la inefectividad de la delantera local. En el complemento se produjo el cambio que trastornó el partido: Raffo por Spencer. El inolvidable Flaco se juntó con el Maestrito Raymondi y fue como si hubieran jugado toda la vida juntos, pese a ser la primera vez que se encontraban con la misma divisa. Empezaron a tocar a velocidad endemoniada y a enloquecer a los peruanos.

Publicidad

Fue un show que nadie ha podido olvidar. Los peruanos marcaron el primer gol, pero enseguida empató Raffo al recibir el balón de Raymondi. Raffo devolvió luego la gentileza y entregó el esférico ‘en bandeja’ para que el superveloz Raymondi anotara. Un centro de Raffo propició un cabezazo de Raymondi para el tercer gol y el cuarto fue un poema: desde la media cancha, a velocidad supersónica, iban tejiendo Raffo y Raymondi y eludiendo a sus rivales hasta llegar juntos al arco rival y poner Raffo el puntillazo final. En los 5 minutos finales los peruanos hicieron dos goles para un 4-3 a favor de los locales.

Fue el instante estelar de ese Patria maravilloso al que he recordado al ver en Facebook al querido Maestrito Raymondi, en una foto con el prócer vicentino Rafael Santelices y al encontrarme y charlar con mi colega Alfredo Negrete Talentti, arquero de los juveniles patricios en los años 60. (O)

Uno de los grandes equipos guayaquileños de todas las épocas está de aniversario doble. Nos referimos al Club Sport Patria (¿existe todavía?). El nombre despertará gratas evocaciones.