Su sola mención trae recuerdos gratos de momentos triunfales de la natación guayaquileña, hoy muriente como casi todos los deportes de nuestra ciudad. José Ferretti Calderón llenó una época junto con otros grandes nombres que dieron títulos internacionales a nuestro deporte. Este año que termina hoy ha marcado su retorno a las competencias en la categoría master que fundamos en 1973 y la que ahora proporciona triunfos cada vez más brillantes a nivel mundial y sudamericano. Aunque no tengo a mano mis archivos voy a hacer un ejercicio de memoria, lo cual no me es tan difícil porque me tocó vivir la época como nadador activo en la división juvenil.

Desde 1955 compartí las piscinas en entrenamientos y en los fenecidos intercolegiales con Pepe y esa notable generación que se inició en la pileta del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte al mando de Gastón Thoret Marcos, el hombre que renovó nuestra natación e inició la Segunda Edad de Oro de este deporte.

Gastón y Pepe fueron compañeros de equipo en la selección nacional que participó en el I Campeonato Grancolombiano de natación que crearon Gastón –ya metido en tareas directivas–, Pedro Iglesias Caamaño, Pío López Lara, Amado Freire Potes y Oswaldo Quiroz Escobar, en 1954. La primera edición tuvo lugar en la vieja piscina Olímpica, en octubre de ese año. Thoret era nadador de largas distancias y fue medalla de plata en 1.500 metros estilo libre, mientras Pepe, de 17 años, integraba los relevos de libre. Ese mismo año Gastón decidió retirarse de la práctica activa y dedicarse a preparar nadadores jóvenes. La fragua en la que se formaron grandes estrellas fue –cuándo no– el Vicente Rocafuerte, que lo nombró entrenador.

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En 1955, Pepe era nadador de fondo, pero empezaba ya a ponerse de moda la llamada ‘patada de delfín’ en el estilo mariposa, reemplazando a la tradicional ‘patada de rana’, que se usaba en pecho y mariposa. Nuestro personaje empezó a practicar el nuevo estilo y se descubrió entonces su maravillosa elasticidad y coordinación. Fue un hallazgo porque su desplazamiento en el estilo más difícil de la natación era un espectáculo que privilegiaba la estética, sin dejar de usar la fuerza en el impulso de brazos y pies.

Recuerdo el Campeonato Intercolegial de 1956 en la Olímpica. Pepe y Esteban Sachs –otro nombre inolvidable– eran las estrellas de la selección vicentina de la que este columnista formó como juvenil. Cuando se corrieron los 100 metros mariposa, los que llenaban la gradería de la vieja pileta de la calle Mascote se pusieron de pie para ver el artístico recorrido de Ferretti, al que acompañaron de un sostenido aplauso. En 1956 él y Sachs en natación, más Elmo Cura Suárez en saltos ornamentales concurrieron al Sudamericano de Viña del Mar. Fue complicado para Eduardo Aguirre Avilés, el dirigente de Guayas, y Gastón Thoret convencer a los directivos de la Federación Deportiva del Guayas, que corrió con los gastos, de volver a los certámenes surcontinentales de los que Ecuador se había ausentado desde 1949. Nuestros nadadores estuvieron en las finales de mariposa (Ferretti) y pecho (Sachs), mientras Suárez obtenía plata en plataforma.

En 1958, nuestro país concurrió al II Campeonato Grancolombiano al mando de Gastón Thoret con una selección que integraban los vicentinos Ferretti, Sachs, Agustín Fuentes, Oswaldo Méndez, Jorge Jiménez, Andrés Vasconcellos, Víctor Aguirre, Gonzalo Peralta, Eduardo Borja, Víctor Castañeda, Modesto Mackliff y César Barrezueta. Solo Agustín Caballo Andrade, gran espaldista ya fallecido, no era del centenario plantel. Ecuador fue vicecampeón grancolombiano y Ferretti venció en 100 y 200 metros mariposa. El escenario del torneo fue la piscina del club San Fernando, de Cali. Ferretti ya había sido visto por el público en las prácticas y el calentamiento cuando se anunció la prueba de 100 metros mariposa. En aquel tiempo los carriles se asignaban por sorteo y no por tiempos. A nuestro nadador le tocó el carril número 1, lo que iba a dificultar a los aficionados verlo en acción. Ocurrió entonces una anécdota irrepetible: el público se sublevó, armó un escándalo y los organizadores se vieron obligados a correr a Ferretti al carril 4, donde iba a apreciarse el espectáculo que brindaba el crédito guayaquileño. Un aplauso atronador sonó a su llegada triunfal.

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En 1959, fue parte fundamental del seleccionado que ganó el III Campeonato Grancolombiano en Caracas, primer título conseguido por la natación ecuatoriana desde la inolvidable hazaña de Lima en 1938. Compitió con éxito en los Sudamericanos de 1958 en Montevideo y 1960 en Cali. Fue entonces que decidió ser entrenador. Ecuador tenía el compromiso de presentar equipos completos para el IV Grancolombiano de Guayaquil. Ferretti se comprometió a formar un equipo femenino a partir de casi nada, pues solo contaba con esa gran figura que fue María Enriqueta Orrantia. En 1961, provocó una gran sorpresa, pues en poco tiempo se unieron a María Enriqueta un grupo de jovencitas formado por Olga Orrantia, Dorothy Jurado, Elba Elizalde, Piedad Mosquera, Nelly Coronel, Lucy Zavala, Bertha Thoret, Marisue Brubaker y Fanny Bimba Vallazza, una estrella que un año después fue la primera nadadora ecuatoriana en batir récords sudamericanos, entrenada por Ferretti.

En 1964, Ferretti empezó la construcción de su propia piscina en Urdesa y fundó su academia de la que surgieron nombres como Mariuxi Febres-Cordero, Marcela Lizarzaburu, Gilda Holst, Marianne y Lily Enz, Jacinto Orozco, Juan Zapatier y muchos nombres más. En 1976, en el Sudamericano de Maldonado, Uruguay, con la dirección de Ferretti, Mariuxi Febres-Cordero consiguió cinco medallas de oro y una de plata y fue obligada, después de ganar los 100 metros libre, a dar una vuelta a la pileta como la nadadora más popular del certamen.

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Hace algunos años, luego de participar en Máster, Pepe vendió su piscina y se retiró de la natación. Una grave enfermedad lo puso en peligro y se habló de que no volvería a nadar. En este 2017 regresó al deporte de sus amores como entrenador del Guayaquil Tenis Club. La diaria vista de la pileta lo empujó a volver a entrenar. Participó en octubre en un certamen de veteranos y en noviembre viajó a Arica, Chile, para intervenir en el XIII Campeonato Sudamericano de Masters, en el que fue consagrado como uno de los mejores nadadores al lograr cinco preseas de oro. Sin ninguna ayuda oficial, pues la Ley del Deporte no contempla ninguna disposición en favor de los masters, Ferretti, César Jiménez, Nelson Suárez y Alejandro Agama hicieron una fructífera cosecha de medallas y su papel fue más notable del que consiguen hoy los nadadores jóvenes.

He querido que esta última columna tenga como tema un momento feliz de nuestro deporte. Todos los que fuimos sus compañeros en esa década de los años 50, los que hemos compartido sus éxitos nacionales e internacionales como entrenador y todos los nadadores masters nos sentimos orgullosos de tener otra vez en nuestras filas al querido Pepe Ferretti Calderón. Feliz 2018 para todos los lectores de Reloj de Arena. (O)

En 1976, en el Sudamericano de Maldonado, Uruguay, con la dirección de Pepe Ferretti, Mariuxi Febres-Cordero consiguió cinco medallas de oro y una de plata.