Los expertos discuten qué tipos de recompensas necesita el organismo humano para así conseguir equilibrar la parte emocional de cada cual. Significa que todos nosotros necesitamos incentivos psicológicos y emocionales y tratándose de hombres públicos, ellos viven permanentemente condicionados a que sus actuaciones sean susceptibles de ser enjuiciadas y criticadas. Y sucede en la práctica que quienes más se someten a la censura de sus actos y aprecian dichos juicios son aquellos que suelen rectificar su pensamiento y proceder.