Me resulta increíble que como sociedad debamos soportar esta enajenación. No nos merecemos un espectáculo tan grotesco, patético y onanista.
o puede morir, como dicen que lo ha hecho –una vez más– el pasado 8 de agosto, porque es un renacimiento continuo, intempestivo, sorpresivo.
Y es que toda la vida, como pensaba Calderón de la Barca, es y debe ser un sueño.
Y de todas las distancias la mejor es poder reírnos de nosotros mismos.
Durante años compró las muñecas de trapo que elaboraron mi abuela Zoila, sus hermanas y sus hijas.
En 2019 recuperó la ciudadanía checa, antes arrebatada. No le dieron el Nobel. Jamás lo necesitó.
De Lisboa me llevo la fuerza de sus poetas y de su gastronomía. Las sutiles y deliciosas versiones del bacalao, al que acompaño con cerveza.
Deja ir un apego y gana la posibilidad de construir un nuevo futuro, porque todos estamos llamados a superarnos...
La tradición y la modernidad. El trauma del colonialismo y el abrazo a la globalización.
Uno de los tantos méritos de Fito... ha sido su capacidad para indagar en las más diversas dimensiones del amor.
“Un guía... nunca te hará ver un cuadro. Está ahí para que no te pierdas, literalmente para que no te pierdas en ti mismo”.
“Sin los libros, las mejores cosas de nuestro mundo se habrían esfumado en el olvido”.
Desde hace tiempo que Quito es una tierra de nadie, donde cada loco cree que puede hacer lo que le dé la regalada gana...
Su libro, sin embargo, nos ofrece la certeza de la compañía y la presencia entre seres humanos, mientras todo se deshace.
No he conocido a nadie que sepa transmitir a una multitud, casi en silencio, cómo se siente la fuerza descomunal y mitológica de un dragón. Excepto el Santiago.
Al final, ni siquiera sobreviven las lenguas... Solo sobreviven unos pocos libros, testigos del aprendizaje y el alivio.
El arte tiene sentido en la medida en que nos conecta con lo amado. Y con la noción de que el existir es un proceso imperfecto...
No es la primera vez y no será la última que veamos estos ataques, que no detendrán la brillante carrera de Karol Noroña, ni la urgencia de más periodismo.
En sus barrios y complejos residenciales albergó, en su apogeo, a alrededor de 150.000 habitantes...
La historia de la literatura suele ser el cúmulo de intentos por recrear algo que se perdió para siempre.
Se sabe en diáspora y alza la voz por los desarraigados. Ha pedido asilo y también lo ha dado. Su obra, el vino que ha fermentado, es un refugio indoloro.
Me avergüenza que no sean todos los Estados de América los que ofrezcan y otorguen sus nacionalidades a los más de 300 nicaragüenses despatriados.
En cualquier caso, esta casa, que tiene un bello jardín, fue el refugio de un hombre que soñó y padeció la puesta en marcha de su sueño.
Nadie ha odiado tanto a los dictadores de América Latina como Mario Vargas Llosa, sean de izquierda o de derecha.
El libro consta de 26 cuentos. Empieza con relatos medianos, continúa con relatos largos y finaliza con microrrelatos.
El verdadero motivo de visitar el Colegio San Ildefonso, sin embargo, es otro. El memorial es una elegante biblioteca de madera.
Pelé, como Apolo, no es la verdad que se sostiene solamente en los datos, sino en la mística y la pasión, en el oráculo y la leyenda.
Al final o al principio de cada año, tengo la tradición de agradecer a mis lectores por la constancia y la inconstancia.
La gloria. La leyenda. Un discípulo de la guerra y el desplazamiento. La metáfora y la maestría. El mito. Un hijo, un nieto, un esposo, un padre.
La poesía es esa lentitud que nos permite mirar el mundo. A veces no podemos detener la historia y su velocidad, casi nunca.