Cada prenda es, debería ser, una historia por descubrir, una historia a punto de escribirse.
Es soñar con soñar, con ser capaz de soñar; liberarse del demonio que nos lleva a querer tener siempre la razón...
Alemania... es un país donde un ruso, un israelita, un estadounidense y una ecuatoriana pueden beber vino juntos...
Dicen que Dios los cría y ellos se juntan. De acuerdo: son justamente esos bichos raros mis mejores amigos.
Quizá no deberíamos decir nada sobre las cosas bellas, solo admirarlas con la boca llena de silencio y asombro.
Me temo que otra vez dejamos en la banca a los mejores jugadores, y esta vez (...) nos estamos jugando la vida.
Agradezco la intercesión de voces justas, pero a mí la segunda vuelta me descorazona: el mismo callejón sin salida de siempre.
Si miras hacia abajo, en NY miles viven en las calles, tirados en parques, plazas y estaciones de metro.
Bromfield pasó media vida escribiendo y la otra sanando y conservando el suelo que nos alimenta.
Ahora que cualquiera con un aparato puede informar y opinar, los periodistas profesionales debemos redoblar nuestros esfuerzos.
¿Y si renunciamos a bailar al ritmo sórdido de un mundo engendrado por el dinero y el poder...?
Los restos de María Orska reposan en Viena junto a los de su madre, pero al terminar la Segunda Guerra Mundial se retiró la lápida.
¿Pero cuántos nos atrevemos a jugar el juego de nuestras pasiones con todas las cartas sobre la mesa?
Me miro al espejo y cada vez me veo más parecida a ella. Me digo: soy madre, pero también: soy mi madre.
No perderé la oportunidad de comentar por fin algo bueno sobre la política. Quizá ya lo han visto, pero si no, háganme el favor.
Si la muerte natural o elegida duele, la muerte violenta e indigna nos abrasa, nada apaga su furia.
Díganle a un chico ante un cajón cerrado: “prohibido abrirlo”, y pensará en él día y noche, quizá buscará y hallará la forma de abrirlo.
Habían partido de Ámsterdam con la certeza de que llegarían a Kuala Lumpur: sus cuerpos terminaron desperdigados en esa tierra ucraniana que no para de sangrar.
El paso del tiempo se lee no solamente en las placas de bronce de la historia oficial.
Llegadas estas ideas a Europa gracias a los cronistas, los intelectuales franceses empezaron a preguntarse: ¿por qué no somos iguales, por qué no somos libres?
Llevo 15 años en Leipzig, pero no me siento una quinceañera sino todo lo contrario: el peso del tiempo y la experiencia me han quitado esa ligereza frívola.
Fitness por aquí, wellness por acá, vivimos buscando formas de escapar al sedentarismo y liberarnos del estrés.
La mirada de Olga Costa celebra la cotidianidad, dignidad y ternura, la luz, el color, la naturaleza...
La felicidad más sólida está construida con una mezcla de necesidad, deseo, sabiduría y humor.
Siempre me fascinaron las zonas de sombra de las ciencias, aquello que no somos capaces de controlar ni predecir.
En la pandemia sus talleres literarios virtuales fueron refugio.
Nos pasamos la vida opinando, y la regla de tres que rige es: mientras más ignorante y obtuso, más gritón y arrogante.
Cuántos de nosotros todavía guardamos montones de llaves inútiles. De algunas recordamos aún su historia, su razón de ser...
Hoy a ti, mañana será otra. ¿Cómo detener el horror? Ser todos como tu madre, transformar el dolor en acción...
Es fácil ser solidario en la abundancia. El reto es compartir cuando hay poco...