En el año de 1905, se formó en Guayaquil una organización bautizada como La Junta Patriótica del Centenario 9 de Octubre, la cual tuvo por función determinar las obras que se llevarían a cabo para celebrar los cien años de independencia de la ciudad.
Los proyectos propuestos por la Junta eran realmente ambiciosos. Al ver los planos de sus propuestas queda clara su intención de aprovechar la magna celebración para transformar a la ciudad. Dicha organización no solo proyectó hitos importantes en nuestra ciudad, como la plaza del Centenario y el antiguo malecón; sino que todos sus planteamientos eran componentes de un gran plan a escala urbana. Se trataba de algo que podríamos considerar como el primer plan maestro realizado para proyectar y organizar el crecimiento de Guayaquil. Dicha tarea de planificación estuvo a cargo del ingeniero venezolano Francisco Manrique; quien ya había realizado obras importantes en nuestra ciudad; como la estructura que contendría el Mercado Sur de la ciudad.
El Guayaquil propuesto por Manrique resulta atractivo aún hasta nuestros días. Sus planos parten de la prolongación del damero central, que realizara anteriormente Gastón Thoret. Dicha regularidad se ve interrumpida y complementada con la prolongación de la avenida Olmedo, hasta lograr su intersección con la avenida 9 de Octubre; pasando lo que hoy es el hotel Oro Verde. De haberse realizado tal intervención urbana, el centro de la ciudad habría tenido un desarrollo más estructurado y ágil. En lugar del cuadrado difuso que es hoy el centro, tendríamos un casco comercial definido por tres vías. Un centro contenido dentro de un triángulo. Ello habría permitido una mejor consolidación y un flujo de tráfico mucho más eficiente.
Además de la redefinición de la trama urbana, la propuesta urbana de la Junta Patriótica del Centenario concibió espacios públicos, acordes a la nueva escala de la ciudad. Quizás el más llamativo de ellos era el Parque Municipal; un parque que iba desde la calle Gómez Rendón, hasta El Oro; y desde la calle 6 de Marzo, hasta José Mascote. De aquel gran parque nos queda solamente el actual Parque Forestal.
El plan maestro de la Junta Patriótica contenía muchas propuestas que lamentablemente no se llegaron a materializar. Sin embargo, muchos de los espacios que hoy consideramos emblemáticos fueron producto de tal proyección. De tal gestión vale rescatar su espíritu ambicioso, que si bien no logró cumplir todos sus objetivos, le dio un impulso más dinámico al desarrollo de nuestra ciudad.
Por motivo de sus celebraciones centenarias, Guayaquil se preparó 15 años. Las inquietudes resultan entonces inevitables: ¿qué proyectos se están preparando ahora para la celebración de los doscientos años de independencia? ¿Aprovecharán las autoridades locales esta celebración, para transformar realmente a Guayaquil en una metrópoli digna para sus habitantes; o se conformarán con sólo proyectos estéticos y específicos? Estas propuestas que se hagan para celebrar el bicentenario, ¿serán producto de unos pocos proyectistas, o finalmente se realizarán concursos de arquitectura para definir los nuevos hitos de nuestra urbe?
Esperemos que las respuestas nos sean dadas próximamente. Que las autoridades locales y los guayaquileños propongan la ciudad que quieren para sus nietos.