Más de 12.000 manifestantes salieron a las calles este sábado por la noche en Salónica (norte) para protestar contra las nuevas medidas de austeridad reclamadas a Grecia por sus acreedores, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La Policía estimó que unas 12.000 personas se manifestaron. El año pasado en la misma época, para la apertura de la Feria Internacional de la ciudad, fueron unos 25.000 los manifestantes.

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Los manifestantes denunciaron la intensificación de la austeridad, tras más de dos años de recortes que hicieron caer el nivel de vida un 35%, según reconoció el propio gobierno, e hicieron estallar el índice de desempleo, que afecta a casi un cuarto de la población activa.

Además la recesión que sufre el país desde hace cinco años sigue profundizándose.

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"¡No a la abolición de las conquistas sociales centenarias!", "El pueblo griego no puede más", proclamaban unos carteles a la cabeza de la columna que iba escoltada por varias ambulancias, señal de la tensión cada vez mayor entre el personal médico por los recortes salariales y de presupuesto.

"Muy pronto la inmensa mayoría del pueblo griego va a reaccionar", lanzó Alexis Tsipras, jefe de Syriza, principal partido de la oposición (izquierda radical), que goza de buenos índices de aprobación según los sondeos frente a un gobierno de coalición formado por la derecha, los socialistas y la izquierda moderada.

Tsipras imputó al primer ministro conservador, Antonis Samaras, que lo había acusado por la mañana de empujar a Grecia fuera del euro, de ser el que "condujo al país a la catástrofe".

Los sindicatos, el principal del sector privado GSEE y el de la función pública Adedy que participaron en la manifestación, esperan bloquear las presiones de la troika (UE, FMI y Banco Central Europeo) de acreedores que abogan por una mayor desregulación del mercado laboral.

Esta movilización se produce la víspera de una reunión entre la troika y el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, y de un encuentro de la coalición gubernamental para esbozar las medidas que les permitirán recortar 11.500 millones de euros en 2013 y 2014.

La zona euro y el FMI supeditan la asistencia financiera a las medidas adoptadas por el país, como recordó por la mañana Samaras, que se fijó como prioridad obtener "un informe positivo" de la troika sobre los esfuerzos para sanear el erario público.