Me parece que fue en 1985 cuando, en una entrevista para el semanario ‘Paratodos’ de Diario EL UNIVERSO, declaré ser hincha de las mujeres. Varias veces lo he ratificado y ahora otra vez, después de leer el trabajo Mujeres de cuidado. Justicia, cuidado y transformación, de doña Lucía Ramón, publicado en el Cuaderno CJ 138, editado en Barcelona, por Critianisme i Justicia, un centro de estudios promovido por la Compañía de Jesús de Cataluña.
Puede leerlo en www.cristianismeijusticia.net, donde encontrará otros títulos interesantes.
Doña Lucía relaciona y muy bien, por un lado, el cuidado de las personas y la felicidad y por otro la justicia y la transformación de la sociedad.
Destaca que en los Evangelios la justicia y el cuidado se hermanan, recuerde la parábola del samaritano, y cómo en el libro del Éxodo mujeres transgresoras colaboraron en el proyecto de vida y justicia de Yahvé, respecto de Moisés.
Ellas al salvar y cuidar del recién nacido infringieron la ley egipcia con alto riesgo de ser sancionadas: la madre judía por no matar a su hijo, la hermana del niño por colaborar y la princesa por adoptarlo y educarlo.
¡Cuánto desvelo por cuidar la vida, que ahora se suele eliminar, completamente indefensa, con pastillas del día después y abortos, así como martirizar con el descuido, el abandono, la perversión o la explotación!
Para doña Lucía el cuidado, al que considera elemento indispensable en la relación, toma categoría de salvación. Reivindicar el cuidado en la política y en la sociedad urge para una visión integral de la fe, afirma.
Así mismo, reflexiona sobre las negativas consecuencias sociales derivadas de la desvalorización y marginación de la mujer en la toma de decisiones comunitarias.
También a la política hay que cuidarla, no contaminarla ni prostituirla porque las consecuencias son terribles y muchas veces irreparables.
En los últimos capítulos ofrece un paradigma nuevo, una revolución del sentir, en clave femenina, para crecer en el amor y hacer el mundo más habitable. ¿Por qué? Porque las teologías feministas y ecofeministas nos proponen visiones cristianas de una nueva creación que articulen la justicia y el cuidado de los otros y de la Tierra y que nos movilicen para la transformación social.
Tiene frases que son destacadas en la edición:
“Desde el Evangelio, justicia y cuidado, equidad y reciprocidad, gratuidad y abundancia del corazón son inseparables”.
“Con nuestros actos de amor o de desamor podemos crearnos o destruirnos unos a otros”.
“El cuidado de los otros es cuestión relevante para la ética y la vida pública”.
“La diferencia femenina justificó la subordinación de la mujer y su exclusión de la ciudadanía”.
La mujer se incorpora al mercado laboral sin abandonar el cuidado y la gestión del hogar.
“El sentido de la gratuidad no puede exigirse, pero lo necesitamos tanto como el sentido de la justicia”.
¿Qué esfuerzo hacemos para que el cuidado y la justicia transformen la sociedad? ¿Sería tan amable en darme su opinión?