Pedro Artieda trabaja como minero en yacimiento nuevo: tiene mucha materia prima. Y está tranquilo, justamente, porque apuntó a laborar en una cantera inagotable: los hechos de crónica roja. Su último libro, Lo oculto de la noche, es una manera de transformar a los hechos reales en entretenidos y, a veces, tenebrosos cuentos de intriga y miedo. Y transmitir lo que sucede en los recovecos y hasta en los sitios aniñados de las grandes ciudades le ha permitido a Artieda despertar el interés de los lectores jóvenes, más bien, adolescentes, ávidos de continuar leyendo algo parecido a los casos curiosos que escuchaban contar a sus abuelas, mientras les distraían a sus nietos para que no extrañaran a sus padres.