AP
MONTERREY, MÉXICO.- El presidente Felipe Calderón declaró ayer tres días de luto nacional por el ataque a un casino en la ciudad norteña de Monterrey que dejó, al menos, 52 muertos y que ha sido atribuido al crimen organizado, en el peor atentado contra civiles en la historia reciente.

El mandatario calificó a los responsables del ataque al Casino Royale de "verdaderos terroristas que han rebasado todos los límites".

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La Procuraduría General de la República (PGR) ofreció 30 millones de pesos (unos $ 2,4 millones) de recompensa a quien dé información que permita identificar y detener a quienes "planearon y ejecutaron" el ataque.

Calderón dijo que también pidió a la PGR ofrecer una "sustancial recompensa" a quien proporcione información.

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El mandatario declaró el luto a partir del jueves, cuando ocurrió el atentado en Monterrey, capital del estado de Nuevo León y a unos 900 kilómetros al norte de la capital mexicana.

"Es el más grave atentado contra la población civil inocente que haya visto el país en mucho tiempo", afirmó.

El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, precisó en 52 el número de fallecidos en el Casino Royale, que fue rociado con gasolina para provocar un incendio.

Calderón también llamó a Estados Unidos a encontrar una solución a la demanda interna de drogas, que alimenta las actividades de los carteles en México y América Latina.

La Procuraduría de Nuevo León divulgó un video en el que se muestra a entre ocho y nueve hombres que llegaron al casino y rociaron lo que parece combustible en el lugar en una operación que duró escasos dos minutos y medio.

El gobernador de Nuevo León dijo que las autoridades interrogan a trece testigos y se busca a los propietarios y representantes del Casino Royale.

Francisco Tamayo, de 28 años y habitante de Monterrey, informó que él y otros familiares vieron unos 40 cadáveres mientras buscaban a su madre Sonia de la Peña, a quien le gustaba jugar en el casino.

El incendio en una ciudad que ha visto aumentar la violencia relacionada con el narcotráfico representa uno de los ataques más letales en contra de un centro de entretenimiento en México desde que el presidente Calderón lanzó una ofensiva en contra de los carteles de las drogas en diciembre del 2006.

Monterrey se ha visto afectada en los últimos años por la violencia atribuida a una disputa entre los carteles de las drogas del Golfo y Los Zetas.

El procurador general de Justicia de Nuevo León, Adrián de la Garza, dijo que narcotraficantes aparentemente fueron responsables del ataque. Los carteles mexicanos frecuentemente extorsionan a los casinos y otros negocios. Muchas veces los atacan y queman sus edificios si se rehúsan a pagar.

Elementos de la policía estatal dijeron que algunos sobrevivientes narraron que varios hombres entraron al casino, aparentemente para robarlo y comenzaron a rociarlo con gasolina de tanques que llevaban con ellos. Los oficiales no quisieron dar sus nombres por razones de seguridad.

Con gritos e insultos, los atacantes le pidieron a los clientes y empleados que se salieran, pero horrorizados, muchos se metieron al fondo del edificio y quedaron atrapados.

El alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, dijo que muchos clientes y empleados se encerraron en los baños para escapar de los hombres armados y ahí perecieron.

El Casino Royale fue blanco de un ataque por parte de hombres armados el 25 de mayo.