Hemos venido sosteniendo y haciendo un llamado a la conciliación al Gobierno, a los medios de comunicación y Diario EL UNIVERSO, a fin de que todos juntos nos enfoquemos en los grandes desafíos nacionales.
No deja de llamar la atención la urgencia y la portentosa y fenomenal capacidad del juez Juan Paredes, de leer 5.000 páginas en 33 horas y escribir 150 hojas en 5 horas, para dictar la sentencia.
Un juez alterno, temporal, pone tiempo y entrega el veredicto por pedazos, por minutos, antes de la hora en que debía dejar el juzgado. Sorprende la decisión del juez al establecer una condena de tres años de prisión a los directivos del periódico que nunca escribieron el artículo, motivo de la sanción.
Resulta desproporcionada la multa impuesta, es descabellada, desatinada y aparece como exorbitante e imposible de dimensionar, incluso para los iniciados, peor para la gente de la calle.
Es un nefasto precedente que instaura en el país la autocensura. Ya no podremos decir nuestra palabra con libertad ante el temor de ofensivas gubernamentales ilegales que someten la opinión y la expresión a su voluntad.
La responsabilidad ulterior existe y debe existir para cualquier hecho o manifestación que sea equivocada, falsa o irrespetuosa de acuerdo a las leyes existentes en el Ecuador.
Se emite esta sentencia en circunstancias en que se ha creado un ambiente de confrontación contra la prensa, los periodistas y los medios.
Se debate un proyecto de Ley de Comunicación, se crea una red de medios gubernamentales que obedecen al pensamiento único, se imponen normas para la propiedad de las empresas de comunicación; se ironiza, se burla, se altera la verdad para imponer la opinión oficial.
Se abusa de las cadenas de radio y televisión, y en definitiva se registra un acoso nunca visto en la historia del Ecuador, de libre pensamiento, libre y diferente de cualquier pensamiento oficial, campo en el que los dos tengan los mismos derechos y las mismas prioridades.
Ni las dictaduras más extremas, ni los gobiernos más autoritarios, provocaron una arremetida tan feroz contra la opinión, la expresión y la palabra. Eso debe hacer pensar a las autoridades el compromiso de la libertad de expresión y la no censura previa que hay establecida en la Constitución y en los tratados internacionales que ha firmado el Ecuador.
Nada obtiene el país con este enfrentamiento, únicamente construimos distancias, trifulca y pelotera. Es momento de terminar esta campaña y eso lo pedimos a lado y lado. Insistimos en nuestro permanente llamado a la conciliación y a bajar el tono de la disputa.
Nuestra solidaridad con Diario EL UNIVERSO, la libertad de expresión y la no censura previa y por supuesto la responsabilidad ulterior. Todos estamos obligados a cumplir con los derechos de un Estado democrático.
*Editorial del programa ‘En la polémica’ del 24 de julio del 2011.