AFP
LONDRES.- Desde que el príncipe Guillermo deslizó el anillo de compromiso de zafiro de su madre en el dedo de Kate Middleton, el recuerdo de la princesa Diana se reavivó y las comparaciones entre la futura novia y la que hubiera sido su suegra se hicieron inevitables.
Aunque los novios no quieran, Kate va a ser forzosamente comparada a la que pasó a la posteridad como Princesa del Pueblo tras su muerte en un accidente de automóvil en 1997, pero de entrada parece mejor armada que aquella jovencita tímida y virginal que fascinó al mundo al casarse con el príncipe Carlos en 1981.
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Sobre el papel, las comparaciones favorecen a Kate. Aunque no tiene sangre azul, es más experimentada que su antecesora, que tenía solo 19 años cuando se comprometió con el heredero del trono, trece años mayor que ella y presionado para dar descendencia a la dinastía.
El corto noviazgo de Carlos y Diana duró seis meses, mientras que la futura princesa tuvo que esperar ocho años a que Guillermo, que es cinco meses menor que ella, se decidiera a proponerle matrimonio cuando estaba a punto de cumplir 29.
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En cuestión de imagen, y a pesar de su esbelta figura, también ha mantenido un perfil más discreto que Diana, para quien "la ropa era obviamente una enorme parte de su vida", estimó Victoria White, directora de la revista femenina británica Company. "Kate no parece querer ese tipo de atención".