El Nacional ganó ayer el clásico de los uniformados al imponerse al Espoli 3-0, en un encuentro de pocas emociones, salvo los momentos en que se marcaron dos de los tres goles criollos que fueron de gran factura, en el estadio Atahualpa.
El holgado triunfo le permite al equipo militar no perder de vista a los punteros y seguir soñando en que pueden revertir una suerte de malas rachas que ha tenido el cuadro rojo en los últimos campeonatos. Sin embargo, el equipo todavía no está consolidado y la victoria de ayer se cristalizó gracias a que al frente tuvo a un rival que le dio facilidades para llegar a su área y marcar.
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Los goles de Lara y Preciado fueron estupendos. Tras la salida de un tiro de esquina de Pita y pase de José Luis Anangonó, Lara ejecutó una media tijera que engañó a Carabalí y se introdujo en el arco. Golazo como para estadio lleno, pero solo habían 3 mil personas.
El segundo tanto fue otra inspiración, pero en esta ocasión de Édison Preciado. Recibió la pelota cerca del área, miró la ubicación del arquero y remató colocado. Hermosa anotación.
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El tercero fue de Edmundo Zura, quien aprovechó un desentendimiento del golero Carabalí y el zaguero Gustavo Cañete. Se hicieron un nudo los dos jugadores y le dejaron la pelota a Zura para que se luzca enviándola al fondo de las redes.
Los hinchas de El Nacional salieron risueños por el resultado, aunque entre ellos reconocían que el equipo debe seguir trabajando con más fuerza para ponerse a nivel de los líderes del certamen. Se referían a que los criollos ganaron ayer a uno de los colistas del certamen.
Espoli mostró deseos, garra, lucha; jugó de igual a igual, convirtiendo al partido en uno de ida y vuelta, pero a lo largo del encuentro sucumbió.