Un salón había sido acondicionado para la primera Gran subasta turística de la FITE. Eran las 10:00, la hora pautada para el evento, pero las sillas estaban casi vacías.
Para la subasta, una de las novedades que este año incorporaba la FITE, se habían inscrito doce oferentes que buscaban vender ayer paquetes turísticos al por mayor o en grandes volúmenes entre posibles compradores.
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La idea era que operadores, hoteles, aerolíneas y otras empresas muestren propuestas que se puedan subastar al mejor postor, a precios menores del mercado.
Pero la subasta se tuvo que suspender ante la ausencia de personas interesadas en adquirir los paquetes. Tampoco todos los oferentes se presentaron para la subasta.
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Jaime Rull, presidente de la FITE, afirmó que la “experiencia (de la subasta) se necesita trabajar más para que se entienda el mecanismo. Tal vez no se entendió el sistema”.