Imaginarnos el mundo en que nuestros hijos vivirán, es un ejercicio entretenido (para salir de las pequeñas disputas de la vida diaria), necesario (hay que mirar hacia adelante para caminar)… y quizás inútil porque el ser humano siempre nos sorprende con sus realizaciones.

¿Desafíos futuros? Entre otros.

1) La transición demográfica. En la mayor parte de países caminamos hacia una sociedad con muy pocos jóvenes para apoyar una vida digna de la gente mayor. Algunos países manejan desde ya esquemas de apoyo a las familias con más hijos y de jubilaciones razonables, otros siguen acumulando sistemas de jubilación inmanejables y querrán frenar a última hora, y hay los que creen que las sociedades generan sus incentivos propios para reequilibrar las poblaciones.

2) El medio ambiente. Unos creen que el problema hundirá a la humanidad, otros que los incentivos adecuados y la tecnología evitarán el desastre anunciado. En cualquier caso es un desafío, alrededor de por lo menos tres temas: el agua (“las guerras del futuro serán por el líquido vital”, dicen algunos), la energía (¿volveremos a un estado energético más primario o seguiremos siendo una civilización devoradora de energía pero con nuevas alternativas manejables?) y el cambio climático.

3) Las desigualdades. Hay los que creen que estas nacen de la distinta capacidad de las personas y las sociedades para crear y avanzar, otros que es el producto de la explotación de unos sobre otros. Yo creo en lo primero, pero en cualquier caso el tema es candente porque genera todo tipo de tensiones, y en particular migratorias, raciales, religiosas.

4) Un mundo integrado y más interétnico. Los puntos 1 y 3 (las migraciones) llevan inevitablemente a una sociedad mucho más multipolar pero sobre todo más multiétnica. Un enorme desafío será el cómo permitir esas migraciones. Ahí habrá una gran diferencia entre los países que tradicionalmente han tenido experiencia en enfrentar estos problemas (Rusia, Europa, Estados Unidos), y los que han rehuido este tema (China, Japón). Y se mantendrán tensiones entre la globalización y las demandas locales, tanto en el campo cultural como religioso y otros.

5) El mundo seguirá caminando y generando riqueza (a no ser que triunfen las visiones del retorno a sociedades más básicas en el uso de energía, tecnología, lo que no es ni deseable ni probable). Hoy se perfila como posible gran potencia la China, pero tiene muchos desafíos por superar. Estados Unidos y Europa parecen cargados de problemas estructurales y de inercias históricas, pero tienen valores esenciales que pueden rehabilitarlos. Y hay nuevas potencias crecientes ¿Brasil, el Medio Oriente, India?

6) La tecnología seguirá su marcha (ojalá): cambiará el modo de transportarnos (nuestros queridos autos no serán lo que son), curarnos, alimentarnos, y poco a poco empezaremos a caminar en campos hasta hace poco “imposibles” como la teletransportación (¡como en las películas!) y el espacio nos abrirá nuevas ventanas.

7) Para algunos, las megaciudades (de decenas, caminando a la centena, de millones de habitantes) serán los verdaderos centros de vida, dentro de las carcachas de los países.

¿Qué más cree usted estimado lector?