El pintor y escultor Estuardo Maldonado (Pintag, 1930) recibió el premio Eugenio Espejo por su destacada trayectoria en actividades artísticas. Presentará en el primer trimestre del 2010 una exposición itinerante titulada Valdivia, Cultura Madre de América. Seis mil años de arte ecuatoriano, Estuardo Maldonado, del símbolo al dimensionalismo. En la misma –que se iniciará en Guayaquil– se podrá apreciar el desarrollo de las culturas precolombinas y la evolución del artista, desde el paisaje, pasando por la figura, los retratos, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, hasta el dimensionalismo (búsqueda de otras dimensiones del espacio). En su casa, en el centro de la capital, muestra su labor en la escultura con los hipercubos, que tienen ocho dimensiones, o el trabajo en acero inoxidable (dar color al acero sin pigmento).
¿Cómo recibe este galardón?
Normal. Pero, claro, es gustoso pensar que finalmente se han recordado de mí, era mucho tiempo que me han puesto en la terna y nunca me lo han dado (el premio).
Publicidad
¿Cuántas veces le pusieron en la terna?
Como unas cuatro veces.
¿Y a qué cree que se debió que antes no obtuvo el premio?
Verá, yo no quiero ser desgarbado, a la política pues. Ha habido artistas que no han hecho una muestra y aun así han sido galardonados. Eso
es fuerte decir pero es la verdad.
Publicidad
En todo caso, ¿contento?
Claro, seguro. He recibido muchas felicitaciones, hasta del exterior. Y aquí también.
¿Qué encontramos en la trayectoria de Estuardo?
Estudié en Guayaquil en la escuela de Bellas Artes. Yo tuve de compañeros a Anita von Buchwald, Tábara y a algunos otros más, muy apreciados. Estudié 6 años, luego hice una exposición de escultura. Después me ofrecieron una beca y me fui a Italia.
¿En Italia perfeccionó su arte?
Por supuesto, ahí había grandes maestros. Vi las obras fabulosas de los maestros de todos los tiempos y así fui adelante, hasta conquistarme también un puesto importante en Europa.
¿Cómo mira usted, en este momento, las artes en el Ecuador?
Flojas, porque los artistas no avanzan, se quedan en lo mismo, repitiendo y vendiendo. Vender no es malo, es bueno para el artista, pero hacer cosas solo para vender es malo.
¿Y qué faltaría para que no predomine en este caso solamente la venta?
Iniciativa. Los medios de comunicación no tienen un crítico de arte para poder evaluar y criticar. En todas partes un periódico que se respete tiene un crítico de arte, o dos o tres, según. Entonces eso les falta. Le falta al Gobierno también pararse duro y ocuparse de la cultura. Aquí no hay críticos, hay críticos que alaban a todo el mundo y no hay una evaluación, criterio del bueno, del regular y el malo, todos son buenos aquí.
¿Y qué opina de la creación del Ministerio de Cultura?
Esa es una buena cosa, pero recién se está comenzando a trabajar con eso. Lo más importante que ha hecho el Gobierno actual es crear el Ministerio de Cultura y ojalá, pues, vayan acentuando la dinámica del arte contemporáneo. El Ecuador está desconocido, no le interesa a nadie en el circuito latinoamericano y peor europeo, no es conocido.
¿Pero también no falta un poco de preparación de los artistas?
Por eso, precisamente.
¿En este momento usted podría darme nombres de artistas que considere que están en un buen nivel?
No les conozco. No puedo dar una opinión, y si doy una opinión se van a poner de enemigos y eso no quiero, yo estoy de lejitos no más. Yo pienso en mí y en representar al país dignamente. Creo ser uno de los pocos que representan al país dignamente.
¿Y qué habría que hacer para cambiar esta imagen?
Que los artistas tienen que trabajar, tienen que ocuparse de lo que acontece en el mundo.
¿Un poco retratar más bien lo que está sucediendo en este momento?
Claro, pero con medios artísticos. No es que van a hacer simples dibujitos. Tienen que socavar adentro, en el interior de la cosa, esa es la misión del artista, tomar las esencias y sacar algo bueno.
¿Cómo definiría usted a un artista?
Un artista en todos los campos hay muchos, pero claro, es importante ser original, trabajador, pensar para hacer una cosa que nadie ha hecho o por lo menos, que está en el mundo, en flote.