El cáncer de colon que padece desde el 2006 ha vuelto a vencer a la actriz estadounidense Farrah Fawcett, quien hasta el cierre de esta edición permanecía  ingresada en un hospital de Los Ángeles, Estados Unidos.

Hace un mes, Fawcett, que tiene 62 años y que en la década de los setenta encarnó a Jill Munroe en la serie televisiva Los Ángeles de Charlie, viajó a Alemania para someterse a un tratamiento experimental.

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Este, recomendado por la cantante Cher, una de sus amigas cercanas, consistió en combinar la quimioterapia con la medicina alternativa. Ambos procedimientos le habrían sido aplicados en la clínicas Universitaria de Frankfurt y de Bad Wiessee, en Baviera.

Antes de partir a Alemania, Fawcett se despidió de sus amigos porque creía que no iba a volver, publicó el diario británico The Mirror.

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Una de sus amigas dijo, incluso, que la actriz se sentía sola y que no quería que la vieran sin pelo. “Ella ya ha aceptado que va a morir y ha despedido a todos sus empleados. Está agotada y enferma”.

Su depresión se habría incrementado tras sufrir una recaída, luego de que los médicos, a inicios del 2007, le habían señalado que ella ganó la batalla.
Luego se sobrepuso, indicaron sus allegados, y le hizo frente con más fuerza e intensidad, llegando por ello a buscar ayuda en Alemania.

Durante este proceso, agencias internacionales de noticias y varios sitios web, como esmas.com, señalaron que Fawcett quiso dejar televisada la historia de su lucha contra el cáncer. Lo hizo mediante el documental Wing and A Prayer, que la cadena estadounidense NBC exhibirá en una fecha aún no establecida.

“Su salud y su mensaje se mantuvieron como prioridad, en lugar de apurarse en sacar al aire el programa y conseguir titulares”, explicó un cercano al proyecto. Agregó que en el documental ella manifiesta su seguridad en que la enfermedad que la aqueja tiene una explicación.