Mientras en la mayoría de estados de EE.UU., como Ohio, las bajas temperaturas, que llegan a los 20 grados bajo 0, y los temporales de nieve obligan a la paralización constante de actividades, en otras partes del mundo, como en Australia, la extrema ola de calor, que llega  a los 45 grados, ha provocado incendios forestales y que las personas opten por pasar casi todo el día en el agua, como en Melbourne, donde las balnearios y playas son constantemente visitados.