Tras seis meses de lucha contra las drogas, el rockero argentino Charly García aumentó diez kilos y siente que pasó lo peor, además de destacar que si su amigo Ramón Palito Ortega “no aparecía”, se “estaría cortando las venas”.

En una entrevista publicada  por la edición local de la revista Newsweek, la primera que concedió en el último semestre, el artista aseguró que está rejuveneciendo en la finca campestre que Ortega posee en las afueras de Buenos Aires.

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García, de 57 años, luce relajado en las fotografías que le tomaron en Mi Negrita, la casa de campo en donde vive desde que en octubre último fue autorizado a abandonar el neuropsiquiátrico en el que había sido internado.

“Siento que tuve suerte de encontrar a  Palito  y a un montón de gente que realmente se preocupó por mí. Si él no aparecía, yo la estaría pasando muy mal, me estaría cortando las venas”, dijo tras recordar que no eran tan grandes amigos con Ortega, quien fuera un popular cantautor en los años sesenta y setenta.

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Los problemas para el rockero comenzaron en junio pasado, cuando fue trasladado primero a un hospital y después a un centro neuropsiquiátrico luego de causar destrozos en el hotel de la provincia de Mendoza (oeste) donde estaba alojado. “Primero te desintoxican y ahora me estoy desintoxicando de la intoxicación, y es más difícil porque te deja lento, te deja gordo, te deja tonto”, señaló sobre el tratamiento al que está siendo sometido.

Además de estar supervisado por una jueza, un psiquiatra, enfermeras y asistentes terapéuticos, Charly tiene un entrenador y hace una rutina de ejercicios para desentumecer los músculos anestesiados por los medicamentos que toma para combatir la abstinencia a las drogas.