Como director, sin embargo, siempre ha demostrado ser mucho más interesante  (Generación X,  El insoportable, Zoolander),  Stiller retoma la apuesta de humor ácido, negro, medianamente inteligente y lleno de sarcasmo con una salvaje parodia al mundo del cine que le permite recuperar, ante mis ojos,  el rumbo de su errática carrera.