Cuando, con ilusión, todos esperábamos la llegada del 25 de junio para que la revolución ciudadana entrara sobre rieles, ahora resulta que habrá que esperar.

¿Y por qué? me preguntarán ustedes. Y yo les responderé que por falta de durmientes. Lo cierto es que el Correa ofreció que el ferrocarril volvería a ser de todos cuando se cumplieran los cien años de su existencia, para lo cual preparaba un magno acontecimiento, con un programa que comprendía los siguientes números:

1.- Desfilación hasta Ciudad Alfaro portando el frasco de cristal transparente que guarda el humo de la primera locomotora, que será depositado junto a la urna con las cenizas del Viejo Luchador. 2.-  Implantación de la gorra de brequero en la cabeza del Primer Mandatario, acto que se cumpliría en la estación de Chimbacalle, que ahora ya es de todos. 3.- Estreno de la canción Viva la Nariz del Diablo (son montuno), con letra del poeta Javier Ponce y música del músico Galo Mora, y el acompañamiento de Vinicio Alvarado en las congas, batería, guitarra eléctrica, percusión, peinilla, huiro, órgano, trombón y trompeta; Ricardo Patiño en los altos y Alberto Acosta en los bajos. 4.- Reunión del gabinete itinerante en el tramo Sibambe-San Lorenzo y posterior expedición del mandato por medio del cual se cambia la denominación de los vagones por el de trabajones. 5.- Disertación de la asambleísta Diana Acosta sobre los derechos inalienables de las locomotoras a carbón para su disfrute con otros combustibles como la gasolina, el diésel e, incluso, la electricidad aplicada en los tensores. 6.- Número alegórico del descarrilamiento de Pachakutic, a la altura de Huigra. 7.- Permisión total de ingreso a los vendedores ambulantes en todas las estaciones y degustación in situ de huevos duros, cuyes, empanadas, jugos y papas con cuero, por parte de los ministros. 8.- Presentación del coro integrado por profesores del primer mandatario con el valsecito criollo Recuerdos de la culona y el pasacalle Nostalgia de la tetona, y posesión como maquinistas. 9.- Solo de lanzación de bombas lacrimógenas contra los ferrocarrileros protestones, a cargo de Fernando Bustamante, ministro de Gobierno. 10.- Cortometraje de la asambleísta Tania Hermida sobre el cambio del símbolo del tren, totalmente obsoleto y foráneo, por el de un chasqui impulsado a vapor, propio de nuestra cultura.

Chuta, pero cuando ya todo estaba listo para tan solemne ceremonia, resulta que nuay tren. Elé. Jodidos. Y, entonces, volvemos al principio: ¿Y por qué nuay tren? Pues porque nuay durmientes.

Razón se cabrió el Correa que, como es hiperactivo, nervioso, furioso, insultón y, encima, totalmente indurmiente, le despertó a la madrugada al gerente de los Ferrocarriles para que renunciara, porque fue incapaz de darse una vueltita el Ministerio de Transporte y Obras Públicas donde está la mayor cantidad de durmientes por centímetro cuadrado, todos con mentes indesperezadas y corazones hibernantes, con los cuales hubiéramos podido completar las rieles para que el tren de la revolución entrara facilito al siglo XXI.

¡Qué descarrilamiento que siento!

¡Y qué iras!