El método más sencillo para reconocer un producto integral verdadero es el siguiente: Tome en la mano una hojuela de cereal, cornflake, o una galleta que diga ser integral. Con los dedos, intente desintegrarlo.

Si en la mano le queda un polvo con una contextura similar a la de la harina, entonces su galleta o cereal nunca fue ni será integral. Aun si tiene un color oscuro y pareciera integral. Si por el contrario es muy difícil desmigajarlo, entonces sí lo es.

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Tomemos el caso de la avena. Simplemente porque la conocemos sabemos que si la intentamos desintegrar nunca conseguiremos que llegue a una contextura parecida a la harina. Sin embargo, casi cualquier hojuela de cereal sí, y muchas nuevas marcas que abundan en el mercado.