Hugo Chávez sufrió su primera derrota electoral en nueve años cuando,  en el referéndum del domingo pasado,   el ‘Sí’ a las reformas que propuso –entre ellas, la reelección presidencial indefinida,  un periodo de gobierno de siete años y más atribuciones para el Ejecutivo– solo alcanzó el 49% de los votos frente al 51% que obtuvo el ‘No’.

 “Venezuela le dijo ‘No’ a la división, a la violencia,   a  la desigualdad.
Le dijo ‘No’ a reformas que atentaban contra la democracia y los derechos humanos. Le dijo ‘No’ a la concentración de poderes”, señaló a este Diario Freddy Guevara, alumno de la  Universidad   Católica Andrés Bello (UCAB), uno de los líderes de las movilizaciones estudiantiles en oposición al régimen.

Chávez  asume el cargo el 2 de febrero de 1999 (gana con el 56% de los votos) y enseguida llama a un referéndum para convocar una Constituyente.  Un 88% de los venezolanos aprueba   la convocatoria de elecciones para la Asamblea y eligen  124 “chavistas” entre los 131 miembros. En  diciembre de ese año los venezolanos aprueban  en referéndum la llamada  “Constitución Bolivariana”.

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Como resultado de esa nueva Carta Política, el 30 de julio del 2000 Chávez es reelecto para un nuevo periodo, esta vez, de seis años, con casi el 60% de los votos. El Parlamento –que cambió de nombre a Asamblea Nacional por decisión de la Constituyente– le entrega “amplios poderes especiales” para decretar leyes, lo que es calificado por la oposición como “dictatorial”.

Aun así, en noviembre del 2005  los partidos  opositores que participarían en las elecciones legislativas del 4 de diciembre deciden retirarse de la contienda , por lo que los oficialistas ganan  todos los asientos de la Asamblea Nacional.

Días después de ser nuevamente reelecto, en diciembre del 2006, Chávez anuncia una ola de nacionalizaciones que incluye empresas extranjeras del sector petrolero, de electricidad y de telecomunicaciones.

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El Parlamento –totalmente copado por el oficialismo– aprueba una “ley habilitante” que le otorga poderes especiales  para legislar, por decreto, en diversas materias, en un periodo de 18 meses. El presidente Chávez habla de hacer reformas   con base a este decreto.

Para el analista político Ítalo Luongo, catedrático de la Universidad de los Andes, en Venezuela, el “chavismo” se dividió en dos. “Chávez disolvió su movimiento Quinta República para conformar el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que no ha llegado a cuajar”.

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Aun así, en agosto pasado    Chávez presenta  ante la Asamblea Nacional su propuesta de reforma de 33 artículos.   Al final, el Legislativo lleva a 69 el total de artículos por modificar.

 Para Luongo, las bases no trabajaron lo suficiente a favor del ‘Sí’ porque les podía ser perjudicial. “Sus gobernadores y alcaldes no iban a trabajar en contra de sus cargos”, dice Luongo, pues entre las reformas planteadas está la facultad del Presidente para designar o remover a autoridades seccionales.

Luego de la derrota, Chávez  recriminó a sus seguidores y la emprendió contra los  “revolucionarios de pacotilla”.

 El diputado Luis Tascón (chavista expulsado del partido de gobierno por haber atacado a la “derecha  endógena” de la agrupación) afirmó que “la derrota estuvo adentro” del chavismo.

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“Un grupo de personas trató de secuestrar al partido (...). Además, montaron  una campaña para ganar puestos en el futuro y no para lograr la victoria de la  reforma constitucional”, dijo Tascón, exponente de la izquierda del chavismo.

El alemán Heinz Dieterich,  teórico del llamado “socialismo del siglo XXI”  con influencia en el movimiento bolivariano, sostuvo que es “imprescindible”  que Chávez    cambie “al sistema vertical de conducción del proceso bolivariano” y  “se construyan instancias que se atrevan a debatirle sus propuestas”.