Nuestro país nace en la norteña Tulcán, afirman los orgullosos habitantes de esa ciudad fronteriza, famosa por las verdes esculturas de su cementerio, considerado por muchos compatriotas el más hermoso del Ecuador y, quizás, de toda América Latina.Además de sus atractivos urbanos, la capital de la provincia del Carchi se asienta en una geografía sembrada de ríos, lagunas, cascadas, montañas, bosques y reservas protegidas que evidencian el carácter natural de esta zona también popular entre muchos viajeros colombianos.<strong>Aguas de Tufiño<br /></strong>En medio de este panorama encontramos el balneario de Tufiño, mejor conocido como las “aguas hediondas”, por su característico olor a azufre. Está ubicado a 3.800 metros sobre el nivel del mar, donde los turistas pueden jugar con la espesa neblina que cae del cielo, así como disfrutar de un sol que a ratos se asoma como antorcha en lo alto.El complejo turístico de Tufiño, cuyo diseño evoca la conservación del medio ambiente, ofrece un restaurante, áreas verdes y senderos ecológicos. Sin embargo, el imán principal reposa en sus piscinas de aguas termales provenientes de las profundidades de las faldas del volcán Chiles.Su temperatura promedio de 50°C atrae a unos 300 visitantes semanalmente, interesados en beneficiarse de las propiedades curativas del líquido para aliviar enfermedades de la piel como la psoriasis, la dermatitis y las afecciones producidas por los hongos.El administrador del balneario, Edwin Martínez, señala que la popularidad del complejo los ha motivado a construir piscinas de lodo, las cuales brindarán el servicio de lodoterapia en pocos meses. “Es una necesidad urgente que solicitan los visitantes”, indica.Antes o después de un baño en las aguas sulfurosas, los turistas también disfrutan de los recorridos por senderos naturales autoguiados o en prácticas de andinismo por las montañas cercanas.Tales caminatas pueden dirigir al visitante hacia los hitos o marcas que señalan la frontera con Colombia en medio de un páramo poblado de plantas frailejones, pajonales y exóticas flores como rosa urco, que también es hábitat de cóndores, tórtolas, perdices y gavilanes que con su vuelo parecen vigilar este punto donde nace el territorio ecuatoriano.<strong>Fuente y Fotos: </strong>Yaco Martínez