Para su debut como director de cine, Alejandro Landes se propuso seguir la campaña electoral que llevó a la presidencia de Bolivia a Evo Morales en "Cocalero", un documental que profundiza en "los tonos grises" del primer presidente indígena.
"Ahora no sería posible acceder de esta manera a Evo Morales", reconoció hoy en Madrid en una entrevista Alejandro Landes, un joven de doble nacionalidad brasileña y ecuatoriana que vaticinó el interés mediático del presidente boliviano.
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Esta intuición surgió cuando trabajando para una televisión en Miami (EEUU) hace cuatro años fue partícipe de una conexión vía satélite con Morales dando la réplica al recién fugado presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
"Entonces vi las dos caras de América Latina: la del ex presidente rico, formado en las mejores universidades y la de un aymara sin formación que abordaba sus propuestas de una manera totalmente visceral", explicó Landes.
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Así, cuando dos años más tarde Evo Morales anunció su candidatura a la presidencia por el partido Movimiento al Socialismo (MAS), el cineasta decidió, junto al director de fotografía Jorge Manrique Behrens, "lanzar la apuesta" de seguir, durante 68 días, una campaña que culminó el 18 de diciembre de 2005 "en todo un hito histórico", al convertirse Morales en el primer presidente indígena en la historia de Bolivia.
El resultado de esos días de filmación fueron 120 horas de metraje que tuvieron que ser reducidas a 94 minutos.
En ellos, "Morales, además de ser mostrado como un líder popular, pragmático y muy mediático", se convierte en "metáfora" de muchas realidades.
Para Landes, el triunfo de Morales supone, entre otros aspectos, "el fin de un apartheid de facto en Bolivia" entre los indígenas y la población blanca.
Todo el trabajo se filmó "sin vocación periodística", asumiendo que no hay estructura clásica, y que "en todo momento Morales es consciente de que la cámara está ahí, aunque en algunos momentos baja la guardia", y es entonces cuando "salen por sí mismos los grises del personaje", explicó Landes.
De hecho, la evolución de "Cocalero" -y también su título- dieron un vuelco cuando el político sospechó que el cineasta y Manrique Behrens trabajaban para la CIA y se mostró más distante, lo que hizo que ambos buscaran un nuevo eje argumental en las plantaciones de coca de Chapare, donde encontraron a Leonilda Zurita, la líder sindicalista de los cocaleros o cultivadores de coca.
"Entonces descubrimos que la base de Morales era sindicalista y no tan indígena" y pudieron profundizar en cómo se vivía un proceso electoral para gente que no sabía ni leer ni escribir y que tuvieron que hacer un ensayo para poder votar.
De esta manera y, tras su pase en el Festival estadounidense de Sundance, la película fue estrenada en Bolivia en el mismo Chapare, donde unos 2.000 asistentes aplaudieron frases pronunciadas durante la campaña electoral por el entonces candidato y por Zurita, que acudió al estreno junto a Morales.
"Después de la película nunca volvimos a tener contacto con él. Sólo sabemos que dijo que la cinta decía la verdad, pero que tenía aspectos que perfeccionar", explicó Landes.