Mentiroso o –matiza después– por lo menos exagerado, ya que según Artieda el desvío por el Puente Alterno Norte solo toma 20 minutos más, no una hora como sostuvo el dirigente gremial: “Por eso ya nadie les cree”, remata. (A propósito, ¿quiénes son esos “nadies” que no le creen?)
Personalmente he tenido que viajar por carretera en un bus interprovincial y puedo decir que el desvío por el puente alterno norte me tomó 45 minutos más de viaje de ida y una hora más de regreso a Guayaquil. ¿Puedo llamar a Lenin Artieda mentiroso y afirmar que por eso ya nadie le cree?
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De poder, todo se puede, pero no creo que se deba. Prefiero pensar que Artieda no ha hecho el viaje y habla de oídas.
Podría decir que Artieda defiende las posiciones del poder local y no a los ciudadanos. No creo que se deba. Aunque llama la atención que el periodista no haga las preguntas incómodas:
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¿Dónde están los estudios técnicos? ¿No son los usuarios del transporte público los perjudicados? ¿Quiénes los favorecidos?
Se puede decir mentiroso fácilmente, pero los debates públicos no deben pasar por llevar a alguien a un set de televisión para insultarlo.