Las personas agitan el paso mientras atraviesan la tradicional Plaza de la Independencia, personas de la tercera edad charlan relajadamente sentados en los bancos públicos de piedra, un grupo de turistas ‘gringos’ disparan fotos con sus cámaras digitales para llevarse imágenes de la imponente Catedral Metropolitana y dos guardias elegantemente uniformados resguardan la entrada al Palacio de Carondelet.