Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu reanimaron la industria del cine mexicano.
Nunca figuraron tantos artistas iberoamericanos del séptimo arte en la escena cinematográfica internacional como en el 2006. En festivales, premiaciones, reseñas y predicciones al Oscar, títulos como Babel, El laberinto del Fauno, Volver y más recientemente Children of Men han estado resonando más allá del continente.
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En Cannes, por ejemplo, El laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro, recibió una ovación de pie de 22 minutos, y Alejandro González Iñárritu ganó el galardón, también en Cannes, al Mejor Director por Babel.
Por si fuera poco, Babel encabezó la semana pasada con siete las nominaciones al Globo de Oro, incluyendo a mejor película, mejor director, mejor banda sonora, mejor guión y mejores actuaciones de reparto para tres de sus protagonistas.
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Ayer se anunció que Del Toro, candidato a un Globo de Oro a la mejor película en lengua extranjera por El Laberinto del Fauno, competirá con el mismo filme en la categoría de Mejor dirección y Mejor película por los premios Goya de cine que se falla en enero próximo.
“Algo fantástico ha sucedido en el último año”, declaró entusiasmado Alfonso Cuarón, el director de Children of Men. “Cuando llegué (a Hollywood) nadie tomaba en serio a un mexicano como ahora”, añadió el realizador mexicano, situado entre los más poderosos de Hollywood, según un informe del semanario Entertainment Weekly.
Es que este año, además del español Pedro Almodóvar, son tres directores mexicanos los que más han dado de qué hablar: Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro, el trío que reanimó la industria del cine mexicano en la última década.
Cuarón, de 44 años, quien alcanzó la fama internacional con Y tu mamá también y mantiene una estrecha relación con sus compatriotas, dijo considerar tanto su filme Children of Men, como Babel, de González Iñárritu; y El laberinto del Fauno de Del Toro, como “mi propia trilogía porque los tres metemos el tenedor en la ensalada del otro”.
Cuarón, quien antes de hacer cine realizó algunos programas de televisión en Hollywood, dirigió en el 2004, por encargo de la Warner Brothers la cinta Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
“Creo que cuando empezamos era difícil hacer cine de resonancia internacional”, dijo por su parte Del Toro, de 42 años, quien mientras rodaba sus primeros cortometrajes trabajó como maquillador.
“Primero fue Alfonso y conmigo se quebraron algunas barreras en festivales: Cronos ganó en Cannes y unos años después ganó Amores perros de González Iñárritu”, explicó.
“Cuando llegamos fue difícil, (pero) poco a poco fuimos rompiendo esa resistencia”, precisó Del Toro, a quien se ha definido como el álter ego latino del rey del cine fantástico, el director Peter Jackson.
Criado por su abuela, Del Toro encontró desde pequeño en el cine una forma de escapar a su férrea educación católica y produjo su primera película a los 21 años.
Devoto del horror gótico, el mexicano reconoce la influencia sobre su obra del español Luis Buñuel y del británico Alfred Hitchcock.
En tanto, las candidaturas obtenidas en los Globos de Oro por González Iñárritu y su película Babel suponen la consagración en EE.UU. de un hombre que desde la música y la televisión ha dado un salto de gigante al cine.
Nacido en 1963 en un barrio popular de la capital de México, González Iñárritu empezó su carrera profesional en 1986 como pinchadiscos de una emisora mexicana. También fue lavacoches y marinero.
A partir de ahí su vena musical continuó con las composiciones que realizó para algunas películas mexicanas. Luego cursó estudios de cinematografía en Maine (EE.UU.) y su carrera despegó temprano en la cadena mexicana Televisa.
En 1991 creó junto con varios compañeros su propia compañía, Zeta Films, que producía publicidad y cortometrajes, así como programas de televisión.
Para González Iñárritu, Babel engloba un sentimiento de humanidad que trasciende todo tipo de divisiones. Escrita por su compatriota Guillermo Arriaga y rodada en distintos escenarios de África, Japón, Estados Unidos y México, la cinta relata la historia de cuatro familias unidas por una serie de eventos trágicos.
Y aunque los realizadores ya habían usado la fórmula en Amores perros y 21 gramos, Babel es sin duda su proyecto más ambicioso hasta el momento.
Con un año tan fructífero como el 2006, los realizadores mexicanos esperan haber allanado el camino para la nueva generación de exponentes latinoamericanos.