El Papa Benedicto XVI se convirtió este viernes en el primer pontífice en visitar "el velo de la Verónica", que la tradición cristiana dice fue usado para limpiar el rostro de Jesús en su camino hacia la crucifixión y milagrosamente registró su imagen.

Benedicto rezó de rodillas frente a la reliquia conocida también como el "Santo Rostro", que ha sido custodiada durante siglos por monjes capuchinos en el remoto monasterio de Manoppello en las montañas de los Apeninos.

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Pero el Papa no llegó a aprobar el velo, venerado desde la Edad Media como el verdadero rostro de Jesús.

"Juntos buscamos conocer el rostro de nuestro señor y en él encontrar un camino para nuestras vidas", dijo el Papa nacido en Alemania a los sacerdotes y peregrinos luego de ver la reliquia, conservada en un pesada estructura adornada con oro y plata sobre el altar.

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El velo representa claramente, en un color rojo sangre, a un hombre barbudo que muestra un sorprendente parecido con una reliquia aún más famosa, el Santo Sudario de Turín, que se encuentra en norte de Italia y es venerada por algunos cristianos como la tela que cubrió el cuerpo de Jesús en el sepulcro.

La leyenda dice que el velo, de 17 por 24 centímetros, fue utilizado por una mujer llamada Verónica para limpiar el rostro de Jesús mientras cargaba su pesada cruz a través de Jerusalén hacia el Gólgota.

Se dice que el paño tiene propiedades curativas y en los tiempos medievales fue considerado milagroso que el rostro de Cristo sólo fuera visible desde algunos ángulos.

Los orígenes de esta reliquia son inciertos. Verónica no es mencionada en la Biblia sino en una versión apócrifa de la vida de Cristo. El velo ha sido reverenciado por los peregrinos en Italia al menos desde el siglo XII.

Guardado en el Vaticano hasta 1608 y mencionado en la "Divina Comedia" de Dante, el velo desapareció mientras se hacían trabajos de construcción. Una leyenda dice que la esposa de un soldado lo vendió a un noble para sacar a su marido de la cárcel y aquel lo donó a los capuchinos.

El jesuita alemán Heinrich Pfeiffer concluyó tras 13 años de estudios que el paño era genuino. Otro especialista lo examinó con luz ultravioleta y encontró que las fibras no estaban pintadas.

Pero los críticos dicen que es mucha coincidencia que "Verónica" sea una deformación de palabras griegas y latinas que significan "imagen verdadera".

La visita del Papa, la primera que realiza una cabeza de la Iglesia Católica, le dará aún más popularidad a la reliquia, que cada semana es visitada por cientos de peregrinos.

Benedicto, quien sucedió el año pasado a Juan Pablo II, llegó en un helicóptero y fue recibido por miles de peregrinos con gritos de " Benedicto!" y " Larga vida al Papa!"

Uno de los monjes capuchinos entregó a Benedicto XVI una reproducción del velo en un marco de oro y se arrodilló para besar su anillo.

El fraile Emiliano, quien consideró la visita como "un hecho histórico", contó a Reuters Televisión a principios de esta semana que el Papa, "como que muchos peregrinos, viene no tanto a ver el rostro de Cristo en el velo sino a ser visto por él, a ser amado por los ojos del Señor".

Los peregrinos que visitan el santuario se sorprenden por la claridad de la imagen que supuestamente tiene más de 2.000 años.

"No puedo explicar cómo el rostro de Cristo permanece visible luego de tanto tiempo", expresó la peregrina italiana Silvana Fiorelli, quien dijo que la imagen la llenaba con una sensación "maravillosa".