Desde su construcción en 1970 y posterior entrega en comodato por 90 años al Banco Central del Ecuador, el Centro Cívico aún espera por la apertura de sus puertas, pese a la larga lista de fechas de entrega de la obra.

Una vez que el organismo presentó el proyecto de readecuación del teatro y se le cambió el nombre a Plaza de Artes y Oficios, los plazos se vencen sin terminar la obra. La próxima fecha anunciada es el 2007.

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Mientras en Quito el Banco Central del Ecuador (BCE)  proyecta una reestructuración del Museo Nacional, con la asesoría de expertos franceses, en Guayaquil, esa misma entidad mantiene como una especie de elefante blanco al antiguo Teatro Centro Cívico.

Una historia de múltiples postergaciones en las fechas de entrega es lo que esta obra registra. Empezó a  construirse en 1970 durante el gobierno del extinto presidente Velasco Ibarra y se inauguró 20 años más tarde, en 1990, cuando Rodrigo Borja ejercía la primera magistratura del país.

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Como propiedad del Municipio de Guayaquil, la obra se entregó  en comodato por 90 años,  desde el 9 de octubre de 1980. Veintiún años después, la entidad decidió cambiarle el nombre a Plaza de Artes y Oficios (PAO) y anexarlo al contiguo Parque Forestal, con la intención de inyectarle movimiento al espacio cultural.

Pero la idea duró poco ya que solo desde el 2002 al 2003 se llevaron a cabo en las plazas exteriores, los fines de semana, espectáculos de danza, mimos, teatro y exhibiciones de artes plásticas. Los habitantes del sur que tienen en este emblemático teatro el único sitio grande en el sector  que les permite el  acceso a actividades culturales y de recreación,  se encontraron nuevamente con las puertas cerradas.

¿A qué se deben estos atrasos? 

Para Tomás Plúas, gerente de la sucursal mayor Guayaquil del Banco Central, todo obedece a  restricciones presupuestarias y a cambios administrativos internos que, según indica, “el BCE siempre tendrá”. El funcionario reconoce que hubo prioridades durante el 2004, cuando se aperturó  el Museo Arqueológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y luego  el Nahim Isaías porque, dice, “eran espacios dentro de zonas regeneradas, era inconcebible que estén cerrados”.

Mientras, el Municipio de Guayaquil no se ha mantenido solo como observador del estado en que se encuentran los bienes culturales que entregó al BCE para su construcción.

“Es  preocupante la situación de abandono  del Centro Cívico y el Alcalde como timonel de la ciudad convocó  a los directivos del BCE para  acordar plazos de entrega”, señala Melvin Hoyos, director Cultural y de Promoción Cívica del cabildo porteño.

El  proyecto que el BCE presentó al alcalde Jaime Nebot, en una de esas reuniones, comprende  remodelaciones  del interior y el exterior  del teatro. Las 1.818  butacas originales se reducirían a 1.572 para “privilegiar el confort y obtener corredores más amplios y sitios  para minusválidos”, argumenta  Pablo Lee,   arquitecto  de la obra.

Las antiguas butacas se las retapizó para embalarlas y posteriormente  guardarlas en las bodegas del BCE, “para otros  espacios culturales”, dice Lee.

Los sistemas de seguridad, acondicionadores de aire, equipos de audio y luces se modernizarán. “Buscamos un público de un nivel social más elevado”, indica Tomás Plúas, al  justificar los cambios.

El 31 de mayo del año en curso, en la última reunión convocada por el cabildo, los representantes del BCE se comprometieron a entregar todos los arreglos del teatro principal, las áreas anexas y la cubierta de ingreso en el primer semestre del 2007.  Y los dos miniteatros, camerinos, espacios educativos y cafetería, en el segundo semestre de ese mismo año.  Pese a ello, la fecha que Plúas anuncia como la entrega total es diciembre del 2007, sin contemplar el plazo acordado para la  primera etapa.

Pero esto  ya significa un atraso en cuanto a las fechas presentadas anteriormente  en la planificación 2005-2007 del BCE. En ellas se indica que durante el 2005 se culminaría la ejecución de las obras de remodelación del lobby o vestíbulo  y el ingreso principal desde la llamada  Plaza Cívica.

Además se señala que en el 2006 se daría prioridad a la contratación y ejecución de las obras relacionadas con  la iluminación, audio y video, y la remodelación del interior del teatro principal, desde  la cubierta a la protección acústica.  Pero hasta el momento, el único contrato que se ha adjudicado es el de los acondicionadores de aire, que se espera lleguen en octubre. 

“El resto  está en proceso”, dice   Plúas, al considerar que faltarían tres meses más para que se defina el resto de las adjudicaciones. Es decir,  a contar  de noviembre, lo que les dejaría 30 días para cumplir con lo que dice se acordó en mayo con el Municipio.

Pocos cambios físicos

Un equipo de Diario EL UNIVERSO recorrió las instalaciones del Teatro Centro Cívico para verificar el estado de la obra. La cubierta traslúcida  en  el cielo raso del vestíbulo, la estructura del puente que une el exterior lateral del teatro con lo que será una cafetería, son los dos únicos cambios físicos que se evidencian.

 Además, los baños principales tienen ya los pisos y paredes cubiertos con azulejos, pero la entrada principal, el interior de la sala del teatro, las nuevas salidas de emergencia y demás arreglos continúan solo en las gráficas de la presentación del proyecto.

En tanto, la pro forma del presupuesto que el BCE presentó al Municipio para su trabajo del 2005 se enmarca en $ 341.311,65. Tomás Plúas afirma que en ese año se hicieron los estudios de las necesidades y de los objetos existentes,  para modernizar el teatro.

Para el 2006, y según el mismo documento presentado al cabildo, se estipula que el BCE destinaría recursos económicos extraordinarios a cuenta del presupuesto del 2006 por $ 825.768,30 y en la pro forma del 2006 asignaría la cantidad de $ 2’048.000 para  culminar las obras.
 Al ser consultado, el gerente de la sucursal mayor Guayaquil del BCE, dice que por el 2006  recibieron $ 3’500.000 y que en el 2007 esperan que les entreguen $ 2’000.000 más.

Pese a no precisar el monto total de la inversión que se haría, Plúas refiere que al BCE le cuesta $ 700.000 anuales mantener la guardianía, jardinería, y  servicios básicos del teatro en las actuales condiciones.

El Centro Cívico es  el teatro con mayor capacidad en la ciudad y también se le reconoce un potencial de atracción para  un público desatendido en el aspecto cultural.   “Ojalá que cumplan los plazos porque en el Festival de Artes Escénicas que se realizó en la plaza el año pasado, la gente acudió masivamente”, recuerda Melvin Hoyos.

Para el imaginario colectivo del guayaquileño, por lo general,  todo lo que se hace en el sur no tiene  futuro. ¿Será un mito?