A Rosa Carmen Cuzco se la recuerda porque cuando llegó a Manta tenía su rostro cubierto de  quemaduras del sol. Hoy, aquellas marcas no se  notan. En cambio sí se evidencia su embarazo de ocho meses. La joven, quien cumplió 16 años en enero pasado, asegura que ya no le duele tanto recordar la tragedia.