El entorno de la política se está saturando. Cada día trae sorpresas. Tal parece que por vivir entre brincos y saltos, el país se va acostumbrando a la poca feliz y desgarbada práctica política en la que todo vale. Los acontecimientos antepenúltimos, los posteriores a ellos y los recientes, si se los examina con criterio independiente, son postes indicativos del dramatismo huérfano de dirección que se lleva.

Como no hay decisiones estratégicas es notorio que la economía ecuatoriana está extraviada y en el extravío ocurren dos situaciones importantes: una, falta de experiencia en política criolla; la otra, desconocimiento de la gente con capacidad de gestión para ponerle rumbo al mandato, cuyos ingredientes principales son: muy corto plazo para que el Gobierno sea reemplazado; una crisis en todos los órdenes, que está llevando al país a la pérdida de los pocos ribetes de democracia que aún quedan. ¿Al filo del peligro?

Aparece en lontananza una incógnita más que no por borrada de la noticia estaba desaparecida: la presencia amenazadora del Coronel Gutiérrez. Factor que puede amalgamar las fuerzas negativas contrarias al actual Gobierno que aún no está políticamente afianzado, robustecido. Realidad.

Es complejo el análisis del entorno económico y social. La falta de visión, de conocimiento profundo, la improvisación, las fuerzas que dejan de ser fuerzas de la noche a la mañana, los triunfos y los fracasos... han creado un panorama grave de incertidumbre e indecisión, que está causando gran deterioro económico y pesadez en la iniciativa de los negocios; que demandan escrutinio y gimnasia mental todos los días, por parte de empresarios y administradores.

Mientras otros países crecen, Ecuador se estanca y estimula (facilitar es estimular) la exportación de gente para sustituir con sus remesas de dinero lo que no se puede tener con producción real.

Es penoso conocer cómo se desperdician, se dilapidan o se entregan recursos de todo orden generando disminución y anemia. Mientras tanto la inversión privada vive a la espera de oportunidades. Es más seguro tener capitales off-shore que sirven para el desarrollo de otras latitudes. En el Ecuador se han creado tantos privilegios (hacerse de la vista gorda es uno de ellos) que los beneficiarios sienten terror impredecible por el cambio de rumbo.

El problema tal como ha tomado fuerzas, es complejo. Hay que temer por la democracia. Hay señales, indicios, declaraciones y silencios que son elocuentes. Quienes con algo de visión estratégica pueden encontrar sorpresas guardadas en el contrapiso del edificio político.

Para hoy y para el futuro vemos conflictos y fricciones. Las ideas o planes que arrastró el cambio de gobierno aún no se modifican.

Aunque son distintos –pero no antitéticos– los negocios y la guerra, ambos necesitan de políticas flexibles. Von Moltke, general prusiano, expresó algo así cuando dijo que “no se puede esperar que un plan de acción sobreviva después del primer contacto con el enemigo”. Concepto que puede usarse para sacar punta al lápiz.

El movimiento se demuestra andando, aconseja la física. El desarrollo económico no está solo en acumular deudas y después sudar tinta para pagarlas. Desde que Taylor habló de productividad, se interpretó que el sentido no es de más producción con iguales recursos, sino también aportar la creatividad y el conocimiento.