El papa Benedicto XVI dijo ayer que “Dios no es un soberano inexorable que condena al culpable, sino un padre amoroso al que debemos amar por su bondad siempre dispuesta a perdonar”.
El Papa se pronunció así durante la audiencia de los miércoles, que celebró en la plaza de San Pedro y a la que asistieron unas 50.000 personas, en el día en que se cumplieron seis meses de su elección.
Publicidad
Benedicto XVI dedicó la catequesis a comentar el Salmo 129, conocido como el ‘De profundis’, del que dijo que es uno de “los salmos penitenciales preferidos por la devoción popular y un canto a la misericordia divina y a la reconciliación entre Dios y el pecador”.
En su catequesis, el Pontífice aseguró que se debe amar a Dios “no por el miedo a un castigo sino por su bondad dispuesta a perdonar”.
Publicidad
Además, citó a San Ambrosio al indicar que “ninguno pierda la confianza, desespere de las divinas recompensas, aunque lo remuerdan pecados antiguos. Dios cambia de parecer, si enmiendas la culpa”.
Benedicto XVI dirigió un saludo a los peregrinos iberoamericanos presentes en la Plaza de San Pedro, entre ellos las Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad a las que pidió que fueran “portadoras de la misericordia de Dios”.