Hace algunos meses apareció en la prensa los resultados de una encuesta aplicada entre los niños que viven en España (muchos de ellos hijos de inmigrantes). La pregunta era la inocente y típica ¿qué quieres ser cuando seas grande? La respuesta mayoritaria era desconcertante y se puede resumir así: “Quiero ser concursante de un reality para tener fama y dinero rápidamente”.

Cada vez que acaba un reality me da la misma sensación. Los participantes en estos programas (jóvenes, posadolescentes) salen convencidos de la misma fórmula que ahora tienen muchos niños en mente: la fama y la fortuna están a la vuelta de la esquina. Pero todo lo contrario… Con el tiempo se dan cuenta que simplemente han sido carne de unos shows televisivos cuyo fin era obtener rating y con ello ingresos para las empresas de medios audiovisuales.

El 12 de junio, cuando se iniciaba ‘El Gran Hermano del Pacífico’, Diario EL UNIVERSO publicó un revelador artículo donde se seguían los pasos de los ex participantes en el primer GH, aquel que se transmitió por Ecuavisa. ¿Lo recuerdan? “Algunos de los  ex participantes del reality show  que hace dos años transmitió Ecuavisa, ahora prefieren olvidarse de esa experiencia”; se decía, y a renglón seguido se describía cómo Pablo Úraga solo tuvo un programa de radio por unos meses y nadie más le ofreció nada. Su novia en la casa, Karina Romo, ni quería acordarse de la experiencia: “Ya pasó”, reiteró Romo, dedicada a su trabajo en la Fundación para el Aseguramiento Popular,  y comentó que la gente que la ve la reconoce poco, ya no como cuando recién salió de la casa, “pero no me molesta”.

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Entre los otros participantes: Marco Beltrán dijo que “Ecuavisa ofreció mucho y dio poco”. Beltrán apareció en un par de capítulos de ‘De la vida real’. María Rosa Mite y Mónica Vela también incursionaron por poco tiempo en la televisión, así como Katherine Escobar, quien por dos ocasiones integró el programa ‘Playa aventura’, de Canal Uno.

David Burbano (El Lobo),  el ganador del reality, condujo por unas semanas  el programa ‘Hijos de Dios’, por Ecuavisa. Y ¿se acuerdan de Vladimir Oña? Bueno, un sector de la teleaudiciencia le tomó tal antipatía que en un confuso incidente nocturno, el quiteño fue golpeado duramente.

El hecho es que la TV juega en cada uno de estos programas al aprendiz de brujo. Y como sucede en esos casos, las cosas se salen de control. ¿Quién iba a prever, por ejemplo, lo que sucedió con las primeras ‘Popstars’, que luego  se convirtieron en las Kiruba, el mayor éxito que ha tenido la música pop en el Ecuador?   Cecilia Calle, Gabriela Villalba, Diana Rueda, Mariela Nazareno y María José Blum, de la noche a la mañana comenzaron a llenar estadios y provocaron reacciones de histeria colectiva (especialmente entre niños y niñas de 7 a 14 años) que no se habían visto desde el desembarco de Menudo, a inicios de los ochenta. ¿En qué se transformó todo eso?
Luego del fracaso del segundo álbum, el grupo se desintegró previa una dura batalla legal con Teleamazonas, el canal dueño del programa y del grupo, a través de una filial.

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Es muy probable que el contrato con la productora del canal  fuese  leonino (a favor de la televisora); pero puestos a averiguar; fuentes de la industria del espectáculo (empresarios artísticos, productores discográficos, etcétera) coinciden en señalar que luego del éxito sensacional del primer disco,   las Kiruba perdieron el rumbo y asumieron que eran estrellas más allá del bien y del mal y comenzaron los desplantes con el público y/o con la prensa.

Los productores de los reality aseguraron que tienen asesores y psicólogos que trabajan con los participantes. No obstante,  el papel de estos “expertos” es más que cuestionable por una razón: el principal impacto psicológico en los chicos que intervienen en estos programas no se produce en el lapso que están encerrados en los sets de TV, sino después… cuando deben afrontar las situaciones en el mundo real que los aprendices de brujo han provocado.

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Imaginen  ahora, por ejemplo, lo que pasará –luego de un año- en los cuerpos de los integrantes de La Coba (los ganadores del segundo Popstars), quienes deben haber soñado con un éxito similar al de las Kiruba y no fueron más que sombras pasando sigilosas ante la indiferencia del mismo canal,  donde probablemente pesó la demanda  impuesta en su contra por tres de las Kiruba: Mariela Nazareno, Diana Rueda y María José Blum.

En el trasfondo de todos estos desgraciados episodios está la promesa de fama instantánea que otorga la TV. Bueno, “fama” entre comillas. Porque ese reconocimiento que sufren los rostros televisivos no puede ser considerado una fama valedera ni duradera.

No es un asunto únicamente de la TV ecuatoriana, sino de la complicada materia prima con la que juega la telerrealidad (personas de carne y hueso, con sentimientos y expectativas reales).  Por eso al ganador de ‘Gran Hermano del Pacífico’, Juan Sebastián López… la fama se le “sale por los poros”, pero afirma que sabe que ella es “efímera” (lo mismo han dicho todos) y que “todo depende de él mismo”. Claro, Juancho,  solo basta descifrar: ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Qué se hace con la fama por sí sola?

Y la misma promesa de fama instantánea debe haber atraído a los participantes de Chile y Perú a estas ecuatoriales tierras. Como en sus países no sucedió nada con el reality exploran en el mercado ecuatoriano para ver si pueden hacer fortuna. Finalmente, el Ecuador es una buena plaza para pioneros y/o aventureros de todo tipo.

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Pero les espera las dificultades de una industria televisiva pequeña e incierta; porque hasta el momento la única ganadora verdadera del show es también una extranjera: Paloma Fiuza, una brasileña que llegó con un grupo de canto y baile, de esos que vienen tentando fortuna por Chile, Perú y ahora Ecuador: Las paradojas de ser carne de reality.

La repercusión de los reality a escala nacional hace que los posadolescentes participantes tengan la idea de que la fortuna ha tocado a su puerta y que su aparición en TV les cambiará su vida. En la mayoría de casos, luego de algunos meses todo termina en decepción. Eso sucedió con los integrantes de la primera casa de ‘Gran Hermano’ que transmitió Ecuavisa. Quizás el caso más dramático fue el de las ‘Popstars’ (Kiruba), quienes estuvieron en la cumbre de la música pop nacional y luego se derrumbaron sin mayor pena ni gloria. Ahora los participantes del ‘Gran Hermano del Pacífico’ buscan oportunidades.