El pasado sábado Mario José Jarrín fue el culpable de que en la delegación ecuatoriana muchos se preguntaran, sin poder responderse, quién había ganado una presea de oro cuando en el medallero de los Juegos Bolivarianos apareció el nombre de Ecuador, en la primera jornada del certamen.

Nadie, o casi nadie, conocía en qué deporte se había conseguido el metal dorado.

A Jarrín se lo confirmaron los jueces. Había ganado el primer lugar en ciclomontañismo, en la modalidad de descenso. Él sonrío. Tomó con calma la noticia.

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Luego dijo que sintió satisfacción porque su triunfo es producto de una planificación de cinco meses. Recordó que por el ciclismo abandonó sus estudios en el tercer ciclo de computación en su natal Ambato y su éxito fue la recompensa al sacrificio. “Es la segunda medalla bolivariana que consigo para mi país. La otra la obtuve en los Juegos de Ambato 2001. Me siento orgulloso”, dijo el campeón de 21 años de edad.

Pese a su satisfacción Jarrín  dice que necesita más apoyo para seguir en el ciclismo.

Más apoyo del COE
Agrega que la ayuda que recibe del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) es insuficiente y quiere que lo apoyen con los pasajes para poder intervenir en el mundial de Italia, a fines de agosto.

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Vinculado con la bicicleta desde los 9 años, ha competido en la Copa Mundo, Copa Red Bull, Copa Maxis y un Panamericano, en donde quedó tercero en la categoría élite en Cuenca, en el 2003.

Bachiller del Insuteg, de Ambato, Jarrín pertenece al equipo internacional argentino Zenit de ciclismo, integrado por cuatro pilotos, dos argentinos y dos ecuatorianos (él y Diana Margraff).

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Jarrín espera ahora extender su huella ciclística bolivariana en el ámbito mundial. (GMC)