Roman Polanski, al prestar declaración en el primer día de su juicio por libelo (escrito en que se denigra o insulta a personas o cosas) contra la revista Vanity Fair, manifestó el pasado lunes que había sido víctima de una mentira abominable.
El director de cine entabló una demanda contra la casa editorial Conde Nast por un artículo del 2002 en el que se aseguró que él había seducido a una mujer cuando se dirigía al funeral de su asesinada esposa, la actriz Sharon Tate.
Publicidad
Polanski prestó testimonio por conexión de vídeo desde Francia, donde reside desde que huyó de Estados Unidos en 1978, tras ser acusado de tener relaciones sexuales con una menor de 13 años. Es nacido en Polonia.
Tate, que estaba embarazada, fue asesinada en Los Ángeles en 1969 por seguidores de Charles Manson, un homicida múltiple.
Publicidad
Polanski indicó que la publicación de Vanity Fair causa un daño muy especial, pues deshonra el recuerdo de Sharon. Añadió que sus recuerdos de la época en que Tate fue asesinada eran brumosos.
El caso pudo iniciarse luego que Polanski consiguió que la Cámara de los Lores, el más alto tribunal de apelaciones de Gran Bretaña, aceptara que prestase testimonio por conexión de vídeo.
El cineasta no quiso viajar a Gran Bretaña por temor a ser detenido y enviado a Estados Unidos, que tiene un tratado de extradición con el Reino Unido. Él no puede ser extraditado a EE.UU., de acuerdo a las leyes de Francia. Polanski es el famoso director de Chinatown, El Bebé de Rosemary y El Pianista, con el que ganó un Oscar en el 2003.