“La vida en directo”, ese es el lema de ‘Gran Hermano’. ¿La vida en directo? Bueno, aparte de la ejemplificadora experiencia de ver a quince seres humanos roncar y dar vueltas en sus camas durante la madrugada, el resto de la convivencia de los 15 participantes del reality pasará por los filtros de la edición y la conducción del “show”. Durante el día, los televidentes de cada uno de los países verán básicamente compendios de la actividad diaria dentro de la casa, alternados con pequeños espacios de transmisiones en vivo. La conexión ininterrumpida está prevista que se establezca a partir de la medianoche.
Edición y conducción: ¿La vida en directo? Para nada, pues allí se tienen consignas muy claras… Así es: ‘Gran Hermano del Pacífico’ jugará con los nacionalismos y exacerbará los roces entre países. Eso quedó en claro cuando los quince jóvenes llegaban a la casa y se los presentaba como una selección de cada uno de los tres países. En la segunda jornada cuando se acomodó, “al azar”, a una peruana, Viviana, en el cuarto donde están siete ecuatorianos y chilenos. O cuando en la otra habitación (con cuatro peruanos y tres ecuatorianos), el primer pequeño incidente de la segunda jornada se dio entre la peruana Bertha y el ecuatoriano Juan Sebastián, por el cigarrillo.
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Pero no es que dentro de la casa predomine la consigna. En realidad, lo importante es lo que se provoque afuera: que la gente en cada país tome el reality como un asunto de honor nacional; se movilice, llame, discuta. Mientras más radicales las posturas, mejor. Y para ello están la edición, los comentarios de la conductora y la mano (más bien voz) de ‘Gran Hermano’. En definitiva, para el reality show trinacional, el morbo fundamental no será sexual, sino patriotero.
El “show” de lo artificial
Afortunadamente, los problemas de audio de la primera jornada impidieron que suframos más con la “simpatía” afectada y exagerada de Juan Francisco (conductor de Perú) y Álvaro (conductor de Chile), cuya misión era mostrar la casa acompañados por la frívola e impasible Janine (conductora de Ecuador). Sin embargo, la misión era lo de menos, su objetivo real era el pantallazo en tres países. Eso demuestra que no solo en nuestra televisión se puede encontrar esta clase de personaje televisivo con pocas luces y mucho ego.
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¿Qué decir de la presentadora principal, Lorena Meritano, modelo y actriz argentina? Su estilo es tan afectado y artificial que hasta el exceso de maquillaje salta a la vista. Algo parecido sucedió, si se recuerda, con Toty Rodríguez en el ‘Gran Hermano’ nacional. El patrón común está diciendo algo: en esta clase de realities, las conductoras tienden a sentirse desplazadas y no protagonistas. ¿Su reacción? El aspaviento poco convincente.