En un show cargado de romanticismo y de recuerdos, el venezolano José Luis Rodríguez arrancó aplausos y lágrimas del público con sus clásicos temas.

Las cinco mil personas que se dieron cita el viernes por la noche en el coliseo Rumiñahui, se encontraron con un espectáculo impecable  y lleno de la emoción que traen los recuerdos de canciones añejas. A las 23h00, sonaron los primeros acordes de La Fiesta, con la que el cantante venezolano José Luis Rodríguez, El Puma, saludó a sus fans. Luego se dirigió al público que lo recibió cariñosamente: “Gracias a Dios por el privilegio que me da al poder volver a estar con ustedes en este país lleno de recuerdos para mí”.

Enseguida, un tema emblemático: Voy a perder la cabeza por tu amor.

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Dos horas y media antes, los ídolos de las décadas del sesenta y setenta, Beto Orlando y Manolo Galván, habían ya hecho derramar más de una lágrima de emoción a los asistentes con canciones como Aquellos besos que te di (Beto Orlando) o Madre no me levanto (Manolo Galván). Asimismo el cantante ecuatoriano Shalo, con una imagen e interpretaciones idénticas a las de Sandro de América, se había llevado las ovaciones del público.

En tanto El Puma, que salió al escenario con un traje oscuro y una corbata de líneas amarillas y rojas, conversaba con el público de manera amigable.
Compartió su filosofía sobre la vida en pareja y cantó con la voz de siempre, versátil y  fuerte.

De esa manera se compensó la falta de asistencia del público que ocupó las dos terceras partes del sitio, con capacidad para 15.000 personas.

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Uno de los organizadores del evento, Luis Chiriboga, comentó que es una lástima que no haya asistido más público. Sin embargo se mostró satisfecho por la calidad del show que contó con artistas consagrados y que, pese a los años, no han perdido su habilidad interpretativa.

El Puma bailó como hace una treintena de años, con mucho ánimo y con pasos que desgarraban gritos, sobre todo de las mujeres presentes. Con ritmos caribeños interpretó las canciones de siempre: Pavo Real, Amalia Rosa, Yo la vi, entre otras.

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El sentimiento también invadió al cantante que derramó lágrimas cuando cantó Culpable soy yo, De punta a punta, Atrévete.

El espectáculo fue completo. El artista convocó al mariachi Sol de América, compuesto por doce músicos que según El Puma “comen como mexicanos, cantan como mexicanos, pero son ecuatorianos a mucha honra”. Fue la hora de cantar boleros y rancheras coreadas por todos.

La velada sobrepasó la medianoche y el cantante seguía activo y con ganas de continuar brindando su música a la ciudad: “Les voy a cantar todas las que quieran, tantos años sin estar juntos”.

A la 01h00 del sábado terminó el concierto acompañado nuevamente de la orquesta y con la canción Agárrense de las manos.

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En las afueras, los vendedores ambulantes aguardaban la salida de los emocionados fans, cuyas edades oscilaban entre 20 y 60 años. Los revendedores de entradas no hicieron negocio, pues por las pocas entradas que lograron colocar se les pagó lo mismo e incluso a un precio menor.

FRASES

“Yo soy del tiempo de El Puma y siempre he sido su seguidora. Estuve en el show que dio con Los Panchos. Es un gran artista, por eso vine. Lástima que no haya venido más gente. Tal vez no fue una fecha adecuada”.

Susana Cevallos, 50 años

“Ha sido un hermoso espectáculo. Me encantó todo el show, pero especialmente El Puma y Shalo. Shalo es un artista ecuatoriano y hay que apoyarlo. Ya le compré el CD y le pedí un autógrafo”.

Karina Navas, 28 años.

“Asistí con mi esposa y amigas para ver a todos los artistas, pero mi preferido es Manolo Galván. Esperábamos un show que nos emocione, y ha sido así”.

Patricio Bonilla, 57 años