Un informe del Instituto de Actuarios de seguros revela que las fumadoras tienen una esperanza media de vida de 6,5 años menos que el resto de las mujeres y los fumadores de 5,5 años menos que los hombres que no tienen ese hábito.

Los datos indican que a partir de los 80 años las posibilidades de vivir un año más son el doble para las personas no adictas al tabaco y que pese a que el género femenino tiene una esperanza de vida superior al masculino, las fumadoras viven menos que los hombres no fumadores.

Brian Ridsales, encargado por los actuarios de investigar la mortalidad, señaló al diario británico The Times que estas estadísticas prueban que fumar no es solo malo para la calidad de vida, pues también
afecta a la esperanza de vida. En el estudio se observó en 12 años un universo de 2 millones de personas, de las cuales veinte mil han muerto.