Peregrinos provenientes de todo el mundo, pero particularmente de Polonia, durmieron ayer en la plaza de San Pedro para estar presentes hoy en el funeral del Pontífice.

Líderes y fieles del mundo dan desde esta madrugada en Roma, convertida en  una fortaleza, el último adiós al papa Juan Pablo II en un multitudinario funeral que se celebra desde las 03h00 (hora de Ecuador) en la basílica de San Pedro.

Los portones de la basílica vaticana se cerraron ayer a las 15h00, poniendo fin a tres días de una  avalancha humana que esperó hasta 20 horas en fila para visitar la capilla ardiente.

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En el primer funeral de un Papa en más de 26 años asisten unos 200 mandatarios. Ayer se divulgó el testamento de Juan Pablo II. Ahora  la  atención se centrará en la sucesión.

Con comida abundante, mantas, guitarras y libros para que el tiempo pase más rápido, miles de fieles se instalaron desde ayer en los alrededores de la basílica de San Pedro para asistir hoy al funeral de Juan Pablo II.

Una fila continua de peregrinos, muchos de ellos con bolsas de dormir y atuendos para acampar, se sumaron ayer a las muchedumbres que llenaban ya desde el lunes al Vaticano, el estado más pequeño del mundo, para presenciar los actos por el sepelio del papa Juan Pablo II.

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Unos cuatro millones de peregrinos han llegado a Roma con vista a las exequias que se realizan hoy desde las 10h00 locales (03h00 de Ecuador).

“No haría esto por ningún otro motivo”, asegura la venezolana Silvia Bermúdez, apostada desde ayer al mediodía a un lado de la Vía de la Conciliación, justo frente a la basílica de San Pedro.

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“Si este fuera el lugar en que nos quedaremos definitivamente, sería buenísimo, pero creo que la policía tarde o temprano nos desalojará y será más difícil encontrar un buen sitio”, afirma la chilena Patricia Labín,  estudiante en Roma.

Entre las miles de despedidas recibidas por el Papa durante la capilla ardiente en la Basílica de San Pedro, una de las más especiales fue la de una novia que ayer, vestida de blanco, no dudo en acercarse a darle el último saludo.

La recién casada, con el rostro visiblemente emocionado, inclinó la cabeza cubierta con el velo, en señal de respeto, tras lo cual abandonó la Basílica

Funeral y sepelio
Tres horas durará el funeral por un Papa más imponente de la historia, cuya solemne ceremonia que dura tres horas se celebra ante la basílica de San Pedro en presencia de 200 dignatarios. Millones de peregrinos de todo el mundo lo seguirán en directo o por televisión.

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La ceremonia incluye la misa al aire libre y una conmovedora “oración universal” en varias lenguas para concluir con las palabras del cardenal Joseph Ratzinger, pidiendo a Dios por la Iglesia, que “sin su pastor, necesita el consuelo de la fe y la esperanza”.

Solo media hora, en cambio, será necesario para enterrar los restos del Papa, que murió el sábado pasado a los 84 años tras dos días de agonía.

Su féretro será sepultado sin sarcófago, bajo una lápida sencilla y esta ceremonia no será transmitida por televisión.

Juan Pablo II reposará junto a Paulo VI, Juan Pablo I y la reina Cristina de Suecia, que abdicó y se convirtió al catolicismo abjurando del luteralismo en el siglo XV.