Después de la gran inundación que sufrió Venecia en 1966, las autoridades decidieron ponerle fin al caos y diseñar algún sistema para salvar a la ciudad del avance incesante de las aguas del Mar Adriático. Las polémicas e intereses políticos creados sobre la mejor manera de rescatar esta “joya” italiana de su triste agonía hicieron que recién este año, casi cuarenta años después, se pusiera en marcha el “Proyecto Moisés”, un ingenio mecánico de barreras “invisibles”.