Nuestro matutino recuerda hoy el segundo aniversario del fallecimiento de Carlos Pérez Perasso, quien durante el desempeño de la Dirección entre 1973 y 2002 consolidó su distintivo de El Mayor Diario Nacional, bajo los preceptos de independencia,  solidaridad y servicio que legaron el fundador Ismael Pérez Pazmiño y los primeros directores Ismael, su padre, y Sucre y Francisco Pérez Castro.

Al evocar el nombre y la obra de Carlos Pérez Perasso, resaltamos una vez más el espíritu de luchador infatigable que lo caracterizó en las duras pero reconfortantes faenas periodísticas, ajenas totalmente a compromisos políticos y estériles pasiones. Él siempre encontró en la prensa la efectiva forma de servir a la comunidad y ayudar al desarrollo integral de la patria.

Por eso, hasta los últimos instantes de su vida, recomendó continuar con la obra de los pioneros, sin olvidar jamás el pensamiento en el cual se fundamenta la línea de acción de EL UNIVERSO, que a su fecundo paso por la Dirección siguió inalterable.

Rendimos el renovado tributo de admiración a Don Carlos –como se lo llamó con respeto y cariño en los talleres, redacción y oficinas de esta, su casa y trinchera–, por ser el prototipo de maestro y líder, impulsor de cultura, guardián celoso de los intereses ciudadanos y, sobre todo, periodista desinteresado para quien el Ecuador fue el desvelo de sus afanes.

Aun cuando esta rememoración supone sentimiento de tristeza, en quienes formamos EL UNIVERSO surge la tranquilidad espiritual porque el recuerdo de Carlos Pérez Perasso está latente a cada instante y en cada jornada de trabajo, ya que nos enseñó ecuanimidad, franqueza y patriotismo.

Hoy también evocamos su pensamiento que resume su vocación y labor de soldado y obrero  del periodismo combativo pero al mismo tiempo constructor de una patria mejor: “Un Diario es un esfuerzo solidario, es la suma de voluntades y de entregas por cumplir con nosotros mismos, con la empresa, con la ciudad, con el país, con la historia misma”.