Los ministros europeos de Sanidad y Medio Ambiente aprobaron ayer en Budapest un plan de acción para reducir los daños para la salud infantil por causas medioambientales, a las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye una de cada tres muertes de niños en el continente.

Con la adopción de ese plan y de la Declaración de Budapest, se clausuró ayer la IV Conferencia Ministerial sobre Medio Ambiente y Salud, convocada por la  OMS para Europa.

El asunto central del foro, bajo el lema “Un futuro para nuestros niños”, fue el impacto de la polución, el agua insalubre, los productos químicos y los accidentes en los menores de 19 años.

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El Plan de Acción para la Defensa del Medio Ambiente y la Salud de los Niños en Europa (Cehape) concreta medidas preventivas, cuya meta es la conservación y mejoramiento del ambiente donde viven, estudian y juegan los niños. Entre ellas figura la instalación de sistemas de control de la calidad del aire, la prohibición de fumar en lugares públicos, análisis de las sustancias químicas más peligrosas en las aguas y los suelos, o el tráfico  de vehículos dentro de las zonas escolares.