Expertos, periódicos y emisoras han bombardeado al público con tanta información y opiniones sobre las memorias de Bill Clinton, que el libro podría tener ventas arrasadoras, aunque muchos posibles lectores consideren que ya no necesitan leerlo.
 
"My Life" (Mi vida) llegará a algunas librerías el lunes por la noche. Sin embargo, ya el público ha sido informado, a través de diversos medios, de cómo el ex presidente de Estados Unidos le confesó a su esposa Hillary sus aventuras amorosas con la becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky, y luego fue confinado a dormir en un sofá.
 
En el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, en Manhattan, se está celebrando una fiesta para 1.000 personas entre las que se encuentran muchas celebridades. Al llegar la media noche del lunes, las librerías en Nueva York y Washington DC comenzarán a vender el libro.
 
Dicho libro cubre la vida de Clinton desde su niñez en Arkansas hasta sus tumultuosos años en la Casa Blanca. El ex presidente tiene planes de realizar una gira de un mes para autografiar su obra y dar entrevistas en televisión con la esperanza de estimular las ventas.
 
"Creo que mucha gente comprará el libro, pero no todos lo leerán, especialmente uno de 900 páginas", dijo Douglas Brinkley, director del Centro Eisenhower para Estudios Americanos y profesor de historia de la Universidad de Nueva Orleans.
 
Las ventas parecen estar aseguradas gracias a la publicidad de los medios de comunicación. "No se trata de sustancia (el contenido del libro) sino de tenerlo como recuerdo", dijo Brinkley.
 
Una crítica preliminar del diario The New York Times indicó que el libro es "sentimentaloide, autocompasivo y aburrido".
 
Sin embargo, independientemente de si la gente lo lee o no, el publicista Alfred A. Knopf ha vendido más órdenes por adelantado que la primera tirada de 1,5 millones de ejemplares.
 
"La mayor parte de las memorias presidenciales tienden a ser muy aburridas", expresó. "Sin embargo, tengo el presentimiento de que ésta irá muy bien. Creo que hay algo de política, pero la gente le pasará por encima para leer las partes vivaces".
 
El interés actual del público no tiene precedentes en la venta de memorias presidenciales que tradicionalmente no se venden bien, según Oren Teicher, jefe de operaciones de la Asociación de Vendedores de Libros en Estados Unidos.