Bryant, el jugador que se enfrenta al cargo criminal de una presunta violación y que le ha tocado en toda la temporada alternar su actividad deportiva con las asistencias a las audiencias previas al juicio, no estaba supuesto a ser el baloncestista clave para los Lakers.

Sin embargo, en la realidad ha superado todas las pruebas de la tensión emocional, psicológica y física a que está sometido con el proceso judicial en su contra para en el campo transformarse en la estrella por excelencia.

Sin las genialidades de él, los Lakers, que eliminaron por 4-1 a los Rockets después de ganar el quinto de la serie al mejor de siete, no lo hubiesen podido hacer, por el mal juego de equipo que mostraron.

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Lo mismo sucedió en los partidos decisivos de la temporada regular cuando hizo posible que los Lakers remontasen una desventaja de cinco encuentros y ganasen a los Kings de Sacramento el título de la División del Pacífico.

Ante los Spurs
Los Lakers ganaron la eliminatoria y tendrán como rivales a los Spurs de San Antonio, actuales campeones defensores del título de liga, que llevan descansando desde el domingo al barrer 4-0 su serie frente a los Grizzlies de Memphis.

La serie entre los Spurs, que tienen quince triunfos consecutivos, y los Lakers –ambos equipos han ganado los últimos cinco títulos de liga– comenzará el próximo domingo en SBC de San Antonio. Ambos conjuntos también se enfrentaron el año pasado en las semifinales, que ganó  Spurs.

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El lado negativo de lo hecho por Bryant es que ha dejado al descubierto que los Lakers como equipo no están en su mejor momento y mucho menos listos para medirse a un rival como los Spurs, que carecen de estrellas, pero que son hoy el más completo de la NBA.

El DT de los Lakers, Phil Jackson, está consciente de eso, pero quiere superar la crisis y vencer al rival de ahora.

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