Las denuncias sobre robos de vehículos, de motocicletas, de celulares se han vuelto normales  entre las historias que cuentan las víctimas de la inseguridad en la oficina de la fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G). Algunos de los denunciantes (víctimas) llegan con vendajes y moretones porque a más de haber sido despojados  de sus bienes también sufren agresiones.

Participar en la batalla diaria contra la delincuencia por más de dos años le había dado a Oswaldo Gabino, de 36, conductor de un patrullero del plan Más Seguridad, cierta confianza para movilizarse en la noche o durante la madrugada en el Guasmo Sur, donde hay sitios de alta incidencia delictiva.

Sin embargo, a las 10h00 del lunes pasado, estaba en la Fiscalía -igual que otras víctimas de la inseguridad- presentando una denuncia por el robo de su motocicleta y las agresiones que recibió en ese sector, al sur de la ciudad.

Tenía un gran parche de gasa y esparadrapo en la frente, hematomas en el rostro y en los brazos. Sus ojos estaban casi cerrados por la inflamación de los párpados, producto de los golpes.

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Relataba que dos delincuentes armados con pistolas lo despojaron de su pequeño vehículo y además lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. El ataque ocurrió en un sector conocido como Callejón de la Muerte.

“Yo los voy a buscar (a los agresores), solo espero recuperarme porque así como estoy no puedo”, repetía Gabino, mientras hacía un puño con sus manos y una pasante de la Fiscalía, escribía en una máquina mecánica lo que contaba el agredido. A medio metro del escritorio donde se registraba la denuncia estaba un policía uniformado que lo acompañaba.

Poco después, como a las 11h00, llegó a esa oficina Jaime Guillén Castro, de 40 años.

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“¿Qué desea señor?”, le preguntó un joven pasante que interrumpió por un instante un juego en su teléfono móvil.

“Me robaron un celular, quiero denunciar, simplemente vine por la cuestión del seguro de teléfono, si no no hubiera denunciado”, contestó.

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“Vaya a sacar copias de estos documentos y cuando regrese le toman la denuncia”, dijo el joven y retornó a su juego.

Guillén salió de la Fiscalía en busca de un local donde sacar fotocopias y retornó cuarto de hora después, se ubicó frente a uno de los amanuenses, a quien le dijo que trabaja en la Aviación Civil y que hace más de dos años ya fue víctima de la delincuencia, le robaron un vehículo, y desde esa época no ha podido comprarse otro automotor.

Mientras, Guillén daba detalles del robo del teléfono celular y su voz se perdía con el teclear de las máquinas de escribir, apareció en la puerta de la fiscalía, Narcisa Murillo, de 32 años. Su aspecto resaltaba entre los demás denunciantes. Tenía el rostro hinchado, una gasa entre las cejas y vendajes en las brazos. Su cabello lucía desordenado.

Agresión por venganza
Ella hablaba poco y en voz baja. Su vecina, Jacqueline Muñoz, una mujer menuda que la acompañaba, contó lo ocurrido. Dijo que en el barrio donde viven, en el asentamiento Flor de Bastión, a  las 15h00 del domingo pasado, un sujeto atacó a cuchilladas a Narcisa frente a su hijo Joel Garófalo, de 4 años. Los gritos desesperados de la víctima  y su hijo alertaron a los vecinos que  acudieron a ayudar, ante lo cual el delincuente “salió soplado y un carro lo estaba esperando”.

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Narcisa, quien quedó en el suelo de su cocina y fue llevada al hospital Guayaquil, se recupera de las lesiones que cree se deben a una venganza porque ella denunció a un hombre que en septiembre pasado le robó electrodomésticos y enseres de su vivienda y en enero de este año fue detenido. “Solo estuvo encerrado doce días. Ayer (domingo) lo vieron en el barrio conversando con el tipo que se metió a mi casa”, indicó.

Al mediodía, Narcisa se retiró con la vecina, su hermana y madre, mientras otros denunciantes seguían contando sus historias de inseguridad, violencia urbana y otros delitos comunes.}

A las 15h15 llegó una mujer a denunciar el atraco de su vehículo. Ella tiene en su mano una tarjeta de prepago para servicio celular. “Estaba hablando con los que me robaron, ellos tienen mi teléfono, pero se cortó la llamada, en unos minutos los llamo de nuevo. Estoy tratando de que aunque sea me devuelvan mis documentos”, agregó.

En el momento del asalto, a las 11h00 de ese día, estaba con su hermana. La denunciante aún se notaba nerviosa y temía por su seguridad, pues los hampones tenían los datos de su domicilio, por eso pidió que no se publicara su nombre.

A Milton Martínez le robaron una motocicleta. El atraco fue hace dos horas y todavía no puede contar los detalles. “Estoy bastante trastornado”, afirmó la víctima.

No quiso decir más. Tenía la ropa enlodada. “¿Lo lanzaron al suelo?”, preguntó Patricia Quezada, la pasante que lo atendía.

No hay sorpresa
Patricia relató que la actitud de los denunciantes no es siempre la misma. “Unos vienen nerviosos, otros molestos, otros agresivos”, añadió.

A esta pasante, que tiene ocho meses en la Fiscalía, ya no le llaman la atención los casos de inseguridad que se denuncian. “Todos los días hay robos de carros, de motos, asaltos a buses, a  transeúntes”,  manifestó Patricia mientras espera su salida.

Su turno terminó a las 16h00, pero quince minutos después no llegaban todos sus compañeros que harán el relevo. Ella está lista para retirarse a su hogar y retornar al día siguiente a la rutina de escuchar las  repetidas historias de inseguridad que se registran en Guayaquil.

4.256 TRANSEÚNTES
Fueron asaltados en el 2003, según denuncias presentadas por las víctimas en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas. En los primeros 45 días del 2004, otras 1.343 personas dijeron haber sido víctimas de este delito en Guayaquil.

2.278 VEHÍCULOS
Fueron sustraídos el año pasado. En los primeros 45 días de este año, otras 292 personas denunciaron el robo de sus autos en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial.

1.945 CASAS
Estruchadas en el 2003, son las cifras que maneja la Policía Judicial. Según estadísticas del presente año, un promedio de 6 domicilios son asaltados diariamente en esta ciudad.

11.561 DENUNCIAS
Por asaltos varios, agresiones y homicidios se registraron durante el año pasado, según un balance de la Policía Judicial.